A casi 20 años de la caída del Telón de Acero, millones de personas subsisten con menos ingresos que en 1991, mientras que una fina capa de privilegiados ha duplicado su fortuna.
Dos décadas después de la separación de la Unión Soviética, la brecha entre ricos y pobres en Rusia está más abierta que nunca.
Los multimillonarios han salido de la grave crisis económica sin demasiado menoscabo a sus fortunas, pero la franja de la población con menores ingresos se encuentra en peores condiciones que en tiempos comunistas.El abismo entre unos y otros rápidamente se está convirtiendo en un problema social, ya que de acuerdo a algunos analistas buena parte de la población no se está beneficiando de la transición a la economía de mercado.
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