Un fármaco que se usa actualmente para reducir el riesgo de rechazo de órganos trasplantados parece revertir los daños causados en el ADN por el envejecimiento.
El hallazgo, afirman los científicos, podría ser un tratamiento potencial para los niños que sufren una rara enfermedad genética llamada síndrome de Hutchinson-GIlford, o progeria, que provoca que los pacientes envejezcan ocho veces más rápido de lo normal.
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