Apenas dos semanas antes de que los secuestradores del 9 / 11
estrellaran las aeronaves contra el World Trade Center y el Pentágono,
los miembros de una familia saudita abandonaron abruptamente su
residencia de lujo cerca de Sarasota, dejando un costoso automóvil nuevo
en la senda de entrada, un refrigerador lleno de comida, frutas en el
mostrador, y una caja fuerte abierta en el dormitorio principal.
En
las semanas siguientes, los agentes de la policía no sólo descubrieron
que fue visitada por los secuestradores, sino que hubo llamadas
telefónicas entre la casa y quienes llevaron a cabo los ataques, entre
ellos el líder, Mohamed Atta. Esos detalles nunca fueron revelados al
público.
Diez años después del más letal ataque terrorista en
territorio de Estados Unidos, han surgido nuevas informaciones que
muestran que el FBI descubrió vínculos preocupantes entre los
secuestradores y residentes de la lujosa comunidad en el suroeste de la
Florida, pero la investigación no se informó al Congreso ni fue
mencionada en el Informe de la Comisión sobre el 9 / 11.
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