Más allá del monto económico que
Facebook
se podría ver obligado a pagar por una multa, lo más grave o sensible
del caso es el hecho de que la mayor red social del mundo sea
descubierta almacenando incluso la información que nosotros ya no
queremos compartir en ella.
Max Schrems, un austríaco estudiante de derecho, le pidió a Facebook
una copia de toda la información que tenían sobre él y le entregaron un
disco compacto con 1.200 páginas de cosas sobre su persona, incluyendo
algunas que él había borrado del sitio.
Con ella, creó una lista de 22 incidentes específicos en los que la
página de Mark Zuckerberg retuvo información que había eliminado y la
presentó en la comisión de protección de información de Irlanda.
La información que el disco contenía era tan detallada que
contemplaba incluso las solicitudes de amistad rechazadas, un listado de
los amigos que había eliminado de sus contactos, todas las
conversaciones de chat que ha sostenido, etc. Todo lo imaginable, sin
importar si lo había quitado de sus actividades, estaba ahí.
Si Facebook es declarado culpable por violación a la protección de la
información en el reclamo presentado por Schrems, deberá pagar una
multa que podría alcanzar los US$137.600. Un pelo de la cola para las
arcas de la compañía, pero un acto que podría (y debiera) sentar un
precedente.
Esto se escapó de las manos ah…
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