Los fanáticos se lanzaron en masa a las tiendas de Apple para comprar el último aparato que desarrolló Steve Jobs antes de morir. Gran expectativa por el software Siri, que se activa con la voz .
"Creo que mucha gente va a comprar el iPhone
4S porque fue el último iPhone en el que trabajó Steve", observó Wil
Batterham, de 15 años, que junto a su amigo Tom Mosca fue el primero en
comprar el nuevo teléfono en la tienda de Apple en Sidney. "La gente está diciendo que fue bautizado por él, como iPhone 4S, por Steve", agregó.
Cuando se les preguntó cuál sería la primera función que usarían del
iPhone 4S, Mosca contestó: "Preguntar dónde está Steve", refiriéndose al
software activado por voz Siri que trae el teléfono.
Cientos de personas hacían una larga cola en la tienda en Sidney, protegiéndose del frio matinal. Las 13 tiendas de Apple en Australia fueron las primeras en abrir sus puertas a las 08.00 hora local para vender el iPhone 4S.
El presidente ejecutivo Tim Cook y su equipo esperan que el primer
dispositivo lanzado sin el visionario ex líder de Apple al mando de la
compañía, salvaguarde su liderazgo en el mercado global. El iPhone 4S
-presentado al mundo sólo un día antes de la muerte de Jobs- fue calificado de decepción porque no llegó a ser una revolución en diseño: viene
con un procesador más rápido y una cámara mejor y más sensible a la
luz, pero poco más lo diferencia de su predecesor. Sin embargo, las
entusiastas reseñas se centraron en el software Siri, que se activa con la voz, lo que desde entonces ayudó a establecer un ritmo récord en los pedidos iniciales por internet.
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