El representante de Arabia Saudita en Washington era el objetivo de dos sujetos, que respondían a las Guardias Revolucionarias de Mahmoud Ahmadinejad. La embajada de ese país y la de Israel también eran posibles blancos.
Las primeras informaciones indican que el embajador Adel Al-Jubeir se encontraba en los Estados Unidos en momentos en que se pensaba atentar contra su persona. Pero de acuerdo a la cadena ABC, fuentes del FBI y de la DEA indicaron que las embajadas de Israel y Arabia Saudita también eran señaladas como posibles lugares donde colocar bombas. Dijeron, además, que en el complot se discutió ataques contra las sedes diplomáticas de esos países en Buenos Aires, Argentina.
El fiscal general Eric Holder (foto) explicó que el plan era "auspiciado" directamente por Irán
y representa una flagrante violación a la ley internacional. Añadió que
el gobierno de los Estados Unidos espera reunirse con representes de
sus agencias antes de anunciar acciones contra Teherán.
Holder precisó que para su complot, los iraníes -con conexiones en las oficiales Guradias Revolucionarias- contactaron a un agente encubierto estadounidense en México, que se hacía pasar por un miembro del cartel de Los Zetas y a quien le habrían pagado 1,5 millones de dólares para realizar el ataque.
El detenido en Nueva York es Mansor Arbabsiar, un
iraní de 56 años, que poseía también pasaporte de los EEUU. El otro
involucrado, Gholam Shakuri, se encontraría en territorio iraní. Además
de conspiración, se los acusa por uso de armas de destrucción masiva.
Las autoridades dijeron que Arbabsiar admitió que recibía
órdenes de un alto mando del partido gobernante iraní y que tenía
contacto con las Guardias Revolucionarias.
Días atrás, un senador republicano pidió investigar a los cárteles
del narcotráfico mexicanos al sospechar que tenían vínculos con
terroristas islamitas.
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