No todo el mundo puede contar el ataque de un tiburón. C.J.
Wickersham de 21 años puede
considerarse afortunado, a pesar de tener
que someterse a dos cirugías y necesitar 800 puntos de sutura, conserva
su pierna izquierda y su vida. Su extremidad fue mordida brutalmente por
un escualo, mientras buceaba en aguas de la Florida.
Un grupo de seis amigos disfrutaba de su domingo de pesca en una
pequeña embarcación deportiva. Ya habían buceado y pescado durante la
jornada y casi se disponían a regresar a la costa cuando ocurrió el
incidente el pasado 24 de septiembre y que casi le cuesta la vida a
Wickersham, según publica
'The HuffingtonPost''
.
El joven de 21 años estaba junto a la embarcación cuando sintió un tirón a la altura de su muslo que lo sumergió bajo el agua.
El mordisco fue tan salvaje que le movió el hueso de la cadera de
su lugar y lo dejó al descubierto, según contó el Jefe del Batallón de
West Manati, Dennis Dotson, que organizó su evacuación.
Sus amigos reaccionaron a toda velocidad y consiguieron sacarlo
del agua, mientras otros avisaban a los servicios de emergencia. Los
paramédicos lo recibieron en tierra y lo estabilizaron, mientras llegaba
el helicóptero que lo trasladó a un hospital cercano.
Wickersham fue sometido a dos cirugías y le dieron 800 puntos de
suturas, pero hoy sonriente puede mostrar su pierna. Los médicos
consiguieron salvarle el músculo del muslo, completamente destrozado del
mordisco.
Un portavoz de PETA expresó su satisfacción por la recuperación del joven, pero al mismo tiempo criticó la pesca submarina.
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