Representan el 13% del total ex combatientes. Una parte de los menores reclutados procede de comunidades indígenas y se incorporan a la guerrilla por cuestiones de precariedad familiar y económica.
Bajo el lema 'basta, quiero ser libre', el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón,
presentó la nueva campaña de prevención de reclutamiento de niñas,
niños y adolescentes por parte de las organizaciones armadas ilegales.
Según un estudio del Programa de Atención Humanitaria al
Desmovilizado con apoyo de la Organización Internacional para las
Migraciones, de los 24.303 integrantes de los grupos armados ilegales
que se desmovilizaron en los últimos 9 años, existe una proporción de 13 menores de edad por cada 100 de estos combatientes.
En este mismo periodo han ingresado al Programa de
Protección de Instituto Colombiano de Bienestar Familiar 2.034 niños y
928 niñas desvinculados del conflicto.
Entre tanto, el 27% de los niños, niñas y adolescentes que se
desvincularon en los últimos tres años corresponde a indígenas que
nacieron en los municipios de Toribío y Corinto, en el departamento del
Cauca. De estos el 71% fueron reclutados por las FARC cuando apenas tenían en promedio 12 años.
Los departamentos de Caquetá, Antioquia, Cundinamarca, Chocó y
Cauca presentan los más altos índices de niños desvinculados. Tan sólo
en lo que va corrido de este año se desvincularon de las Farc 24 niños
en Caquetá, 22 en Antioquia, 15 en Cundinamarca, 14 en Chocó y 13 en Cauca.
De acuerdo con el estudio, las principales causas para
incorporarse en las filas de los grupos armados ilegales son la
violencia intrafamiliar, la precaria situación económica y la necesidad
de reconocimiento.
Según testimonios de los propios desmovilizados, muchas de
las niñas se convierten en esclavas sexuales, siendo utilizadas para ser
las amantes de los cabecillas y como "objetos de motivación para los demás guerrilleros".
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