Era el yerno que todo suegro sueña, incluso para el
rey de España. El Duque de Palma, Iñaki Urdagarin, esposo de la infanta
Cristina, tenía el perfil de un príncipe de película: deportista
olímpico, guapo y discreto, hasta hace poco.
La policía española acaba de incautar
documentación que le vincula a una trama de apropiación de fondos
públicos a través de una asociación sin ánimo de lucro de la que era su
presidente.La noticia, sin precedentes en la monarquía española, se ha colado como una mancha en los medios y debates de las elecciones generales del próximo 20 de noviembre.
"La Casa Real es la primera que tiene que dar ejemplo de ética, de valores y de honestidad. Se llame Urdangarin o se llama como se llame tiene que pagar", subrayó Cayo Lara, coordinador federal de Izquierda Unida, uno de los partidos que más cuestionan la continuidad de la Corona.
Según la Fiscalía Anticorrupción el Instituto Noos de Investigación Aplicada que presidió Urdangarin de 2004 a 2007 recibía dinero de diferentes administraciones públicas especialmente del gobierno de las islas Baleares para desarrollar proyectos que luego subcontrataban con una red de sociedades controladas por el Duque de Palma y su socio Diego Torres, de momento el único imputado en el caso.
Durante el tiempo que el Duque de Palma presidió la asociación se facturaron más de US$3 millones para la organización de dos foros deportivos de los que se han encontrado servicios ficticios o facturadas infladas.
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