Es cosa de todos los días voltear la etiqueta o ver
el sello de origen de casi cualquier producto y leer esas tres palabras
"Made in China" (hecho en China). Pocos tienen problema con eso; son
productos legítimos que están manufacturados por licencia en ese país
asiático donde la mano de obra es más barata.
Al mismo tiempo, muchos estamos conscientes de
que China también es fuente de una gran industria de falsificación de
marcas y productos que se venden en el mercado negro (y no tan negro) y
forman parte de un fenómeno que mueve US$650.000 millones al año, según
cálculos hechos por el G-20.Sin embargo, lo que apenas comienza a revelarse, después de una investigación del Congreso de EE.UU. sobre el armamento del Pentágono, es que productos y sistemas auténticos tienen uno o, quizás, varios componentes piratas, también hechos en China.
La investigación identificó por lo menos 1.800 casos de elementos electrónicos falsificados en los sistemas que manejan las armas de Estados Unidos y por lo menos 1 millón de piezas de calidad dudosa.
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