La repugnancia es un sentimiento humano del que se
habla muy poco. Y sin embargo, todos la hemos sentido y todos podemos
reconocer una expresión facial que comunica, de forma universal, la
aversión o desagrado que se siente por algo o alguien.
La repugnancia a ciertas cosas o conductas nos protegen de las infecciones.
El estudio, publicado en Philosophical Transactions of the Royal Society B, una revista de la Real Sociedad, argumenta que esta conducta que nos hace eludir lo repugnante es esencial para prevenir la propagación de todas las grandes y recientes enfermedades infecciosas que amenazan al ser humano.
Según la doctora Val Curtis, quien dirigió el estudio en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, las enfermedades diarreicas, infecciones del tracto respiratorio, malaria, sarampión, tuberculosis y parásitos, entre otros, son trastornos que pueden evitarse si se tienen en cuenta los aspectos de la higiene.
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