Junto con lo complicado que es un cáncer en sí, una de las peores
cosas que conlleva son los efectos secundarios de los tratamientos de
quimioterapia y radiación, pero ahora un grupo de investigadores del
Instituto Nacional del Cáncer
(NCI) estadounidense
desarrolló un proceso basado en luz que mata las células cancerígenas sin afectar el tejido a su alrededor.
El tratamiento -
recientemente publicado en Nature Medicine- fue puesto a prueba en ratones y es mucho más preciso que otros que también se han basado en luces y
tiene el potencial para reemplazar la quimioterapia y radioterapia, al tiempo que posiblemente podría ser utilizado para tratar un amplio rango de cánceres humanos.
Los científicos unieron anticuerpos para cánceres específicos con una
tintura sensible al calor que daña células al ser expuestas a
longitudes de onda lumínica específicas. Los anticuerpos reconocen las
proteínas en el exterior de las células de cáncer, de manera que pueden
atacarlas con precisión y facilidad, dejando intactas las células sanas.
Una vez adheridos al cáncer, las moléculas sensibles al calor de los
anticuerpos son activadas para hacer tu trabajo.
Tras varias pruebas con distintos fotosensibilizadores, el equipo
liderado por Hisataka Kobayashi se inclinó por uno llamado IR700, que se
activa en luz cercana a infrarrojo y además cuenta con fluorescencia,
que facilita la observación del proceso. Se le puso tres anticuerpos
que se unen a tres proteínas distintas (HER2, que se manifiesta en
algunos cánceres de mamas; EGFR, que aparece en algunos cánceres
pulmonares, pancreáticos y de colon; y PSMA, que se presenta en cánceres
prostáticos).
En la investigación, a los roedores se les implantó tumores y -según explican- las células cancerígenas
se adherían a las proteínas anticuerpos y al ser expuestas a la luz infrarroja, morían.
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