Los líderes del Caribe y América Latina buscan dejar a un lado sus
diferencias sobre el alcance y el matiz político que debe tener un nuevo
bloque regional.Las diferencias e intereses de las naciones
latinoamericanas y caribeñas a lo largo de los años pusieron freno a la
necesidad de crear una nueva entidad, la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños, que proyecte e incorpore a todos los
países del hemisferio, salvo Estados Unidos y Canadá.
“Necesitamos
algo nuevo, algo nuestro, y tenemos mucha esperanza en que este nuevo
foro probablemente pueda reemplazar incluso a la OEA”, dijo el
presidente ecuatoriano Rafael Correa, estrecho aliado de Hugo Chávez.
El
mandatario venezolano es el más estrindente crítico de la política
exterior estadounidense, quien ha acusado repetidamente a la OEA de
inmiscuirse en asuntos internos venezolanos y de ser un instrumento de
control de Washington.
Desde la presidente brasileña, Dilma
Rousseff, hasta el mandatario mexicano Felipe Calderón, son muchas las
voces que han defendido la creación del grupo como un foro para la
resolución de conflictos, que hable sobre los intereses de la región y
ayude a promover el desarrollo económico.
“No queremos que la
CELAC sea una alternativa a la OEA ni que la reemplace. No queremos que
sea una organización sino un mecanismo de concertación y diálogo, que
sustituya al Grupo de Río creado en 1986”, dijo el canciller
costarricense Enrique Castillo.
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