La variedad de amistades, puntos de vista e incluso alimentos, así como
el respeto, facilitarán el desarrollo de 'dotes viajeras'.
Es un viejo dicho, pero todavía es válido: “No te preocupes si los
niños no te escuchan, preocúpate porque siempre están observándote”.
Esto es particularmente evidente durante un viaje. Estar lejos de
casa prueba la resistencia y de adaptación de los padres e hijos ante
cosas nuevas y desconocidas.
En medio de la emoción y la novedad de las actividades de vacaciones,
¿un niño puede dormir plácidamente en una cama de hotel, comer los
alimentos locales, lidiar con la falta de familiares y disfrutar de los
diferentes paisajes, sonidos y aromas?
Si los padres son abiertos, amigables, y tratan de conocer algunas
palabras del idioma local probablemente los hijos harán lo mismo.
Y la base para todo esto se establece mucho antes de que tu hijo se suba a su primer avión. Si es importante para ti formar a un buen viajero, a continuación presentamos algunos consejos para tener en cuenta.
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