Investigadores norteamericanos detectaron un tipo de mosca que provoca que abandonen sus colmenas desorientadas y mueran al poco tiempo.
El descubrimiento de este misterioso fenómeno podría revolucionar la
industria de las cosechas en los EEUU, cuya preservación se ve
afectada por estos insectos.
Investigadores estadounidenses detectaron un parásito de un tipo de mosca que hace que las abejas abandonen sus colmenas, las desorienta y les provoca la muerte, indicó un estudio publicado en la revista científica PLoS ONE.
Según los entomólogos, este parásito de la mosca Apocephalus borealis podría contribuir a explicar la causa de la desaparición masiva de las abejas, un fenómeno conocido como "desorden de colapso de colonia" (CCD, por su sigla en inglés).
Este misterioso fenómeno, observado por primera vez en 2006 en el
campus de la Universidad Estatal de San Francisco (oeste de Estados
Unidos Unidos), diezmó las poblaciones de abejas domésticas en Estados
Unidos, que juegan un papel fundamental para preservar las cosechas que dependen de su polinización.
Esas producciones, en especial las frutas y ciertas legumbres, representan ventas de 15.000 millones de dólares por año y suponen un tercio de la alimentación humana.
Hasta ahora, este parásito fue encontrado únicamente en las abejas
domésticas en California y en Dakota del Sur (centro-norte de
los Estados Unidos), precisó John Hafernick, profesor de biología en la
Universidad Estatal de San Francisco, uno de los autores de esta
investigación publicada en la edición del 3 de enero de la revista PLoS
ONE.
Pero Hafernick advirtió sobre el riesgo de que se trate de un parásito emergente que "podría amenazar las colmenas de todo los Estados Unidos debido al gran número de estados que atraviesan los apicultores profesionales con sus colmenas para polinizar las cosechas"
La infección de una colmena comienza cuando una mosca deposita sus
huevos en el abdomen de una abeja. Una vez infectada por estos
parásitos, las abejas abandonan sus colmenas para reunirse cerca de
fuentes de luz.
"Hemos observado que las abejas infectadas comienzan a dar vueltas, sin ningún sentido de la orientación", explicó Andrew Core, investigador de la Universidad Estatal de San Francisco, principal autor de estos estudios.
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