NUEVA YORK.- Una contadora de 67 años robó un millón de dólares de una
iglesia católica de la arquidiócesis de Nueva York, donde trabajaba y
gastó el dinero en lujos, ropas, joyas, libros y hasta muñecas.
Anita Collins fue presentada ayer lunes en la Corte Criminal de Manhattan y compareció exhibiendo un crucifijo de gran valor.
A
la contadora también se le imputa por falsificación de documentos y
hurto en mayor cuantía. De ser hallada culpable, enfrenta hasta 25 años
en la cárcel.
La anciana, de pelo totalmente blanco, oró en el
tribunal y miró fijamente a los fotógrafos de prensa, tras recibir una
fianza de US$750 mil dólares. Ante la pregunta de cómo se declaraba
Collins prefirió guardar silencio.
La fiscal adjunta Amy
Justiniano dijo que la señora dejó de ser la mujer que iba todos los
días a la iglesia y se convirtió de repente en una estafadora mentirosa.
Del millón robado a la arquidiócesis, Collins gastó US$18 mil
en muebles caros de la tienda Bloomingdales, US$23 mil en ropas costosas
en la tienda Barney, otros US$14 mil en la librería Brooks y US$19 mil
más en una tienda de regalos en Irlanda.
Durante un allanamiento
en su casa de El Bronx, la policía decomisó 50 cajas, algunas llenas de
cuadros pintados al óleo y otras de carísimos muñecas y muñecos.
Collins, estuvo empleada en la iglesia sólo durante un mes, tiempo
suficiente para que cometiera el robo.
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