La nieve en Alaska regularmente no es una novedad
en el país conocido también como ‘la última frontera’, pero también hay
límites.
La comunidad costera de Córdova, en el sur de Alaska, fue uno de los
más perjudicados por las nevadas, e incluso la Guardia Nacional dijo
esta semana que enviará a un equipo y recursos para ayudar al pueblo que
ha quedado cubierto por más de cinco metros de nieve.
El estado puso a funcionar el Centro de Operaciones de Emergencia la
semana pasada para ayudar a Córdova a manejar la situación con la nieve.
Las autoridades ya han emitido una declaración de emergencia.
Las labores de rescate implicaron la coordinación entre las
autoridades y los ciudadanos, cuyos hogares y centros de trabajo
quedaron enterrados bajo la nieve.
“Durante los últimos días hemos demostrado que sabemos responder a
estas situaciones. Aprendemos todos los días cómo hacerlo”, dijo Dick
Groff, el director del equipo de rescate de Cordova, al diario local The
Cordova Times. “¡Hubo mucha más coordinación de la que hubiéramos
creído jamás!”, añadió.
La ciudad se encuentra “incomunicada del sistema de carreteras”, de
acuerdo con la Guardia, por lo que los puertos marítimos y el aeropuerto
son las únicas vías para salir o entrar del área. La Guardia Nacional
envió la ayuda debido a que las condiciones estaban empeorando y los
residentes se las arreglaban por escarbar una salida de la nieve desde
este lunes.
“Córdova continúa con sus sobresalientes trabajos de respuesta a las
intensas nevadas que ha registrado las últimas semanas”, dijo en un
comunicado John Madden, director de la División para Alaska del
Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. “Córdova usó todos
sus recursos para el manejo de la nieve para mantener despejados los
accesos de emergencia, pero ahora se enfrenta a una nueva serie de
tormentas que traerán más nieve e incluso lluvia”.
La más reciente tormenta dejó poco más de un metro de nieve, reportó el Departamento de Asuntos Militares y de Veteranos.
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