Investigadores hallaron que el exceso de peso podría ser un factor
importante en el aumento de las probabilidades de padecer demencia.
Algunos factores de riesgo para padecer demencia, como envejecer y
tener antecedentes familiares, no se pueden prevenir, pero un nuevo
estudio demuestra que las hormonas producidas por el exceso de peso en
el centro del cuerpo pueden ser otro factor de riesgo, especialmente
para las mujeres.
Una mayor presencia de la hormona adiponectina puede aumentar el
riesgo de pérdida de la función cerebral y de padecer Alzheimer, según
un informe publicado este lunes en Archives of Neurology.
De acuerdo con el World Alzheimer's Report,
actualmente 36 millones de personas en todo el mundo están afectadas
por la demencia, y se espera que el número se duplique en los próximos
20 años. El Alzheimer es la forma más común de demencia; afecta a 80% de
los ancianos y según la Alzheimer's Association, dos tercios de los pacientes son mujeres.
La adiponectina es una hormona producida por las células de grasa que
ayuda a regular el metabolismo y la respuesta del cuerpo a la insulina.
Está demostrado que los mayores niveles de adiponectina ayudan a
reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Sin embargo, los autores
encontraron que las mujeres mayores que habían desarrollado demencia
también tenían niveles más altos de esta hormona.
El médico Ernst Schaefer, director del Laboratorio de Metabolismo de Lípidos de la Universidad Tufts,
y uno de los autores del estudio, quedó sorprendido por los hallazgos.
“Esperábamos que la adiponectina protegiera contra la demencia, y
resultó ser todo lo contrario”.
Los niveles elevados de adiponectina aumentaron la probabilidad de desarrollar demencia en 60%, y de desarrollar enfermedad de Alzheimer en 90% en las personas estudiadas, de acuerdo con el estudio.
Los autores del análisis dieron seguimiento a 841 hombres y mujeres
que formaban parte de la generación original de los pacientes incluidos
en el famoso Framingham Heart Study (Estudio del Corazón de Framingham).
Ese estudio comenzó con el seguimiento de más de 5,000 pacientes en
1948 para tener una mejor idea de los factores que producían la
enfermedad cardiovascular.
Aunque el Framingham Heart Study inicialmente tenía un número similar
de participantes hombres y mujeres, para cuando los pacientes fueron
analizados para el estudio de la demencia, a partir de finales de 1980,
la mayoría de los pacientes que aún vivían eran mujeres.
De las 541 mujeres que fueron seguidas para observar la demencia
durante los siguientes 13 años, 159 desarrollaron algún tipo de
demencia, incluyendo 125 casos de Alzheimer. Además de la adiponectina,
el estudio también dio seguimiento a los niveles de homocisteína y
glucosa.
Schaefer sugirió que este estudio de demencia podría indicar una
conexión entre la nutrición y la demencia. Se encontró que los niveles
de adiponectina estaban inversamente correlacionados al índice de masa
corporal o IMC. Se encontró que las mujeres mayores con un índice de
masa corporal mayor, tenían niveles más bajos de adiponectina, y menores
tasas de demencia.
Aunque Schaefer mencionó que estos factores probablemente también
aplicaban para los hombres, dijo que, por desgracia, los números no
estaban allí para apoyar esta teoría, debido al bajo número de hombres
que sigue participando en el estudio.
Dijo que para las mujeres mayores de 60 años “posiblemente no sea
algo bueno ser muy delgadas”. Pero tener sobrepeso puede conducir a
otras enfermedades como diabetes y enfermedades del corazón. A medida
que las personas envejecen, Schaefer dice que la nutrición debería ser
una gran preocupación.
“Tenemos que asegurarnos de que las personas estén acostumbradas a
hacer tres comidas y consigan los nutrientes que necesitan. Puede ser
vital para su salud mental”.
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