Para expresar su ira por el colapso inmobiliario, el artista Frank Buckley
construyó una casa con billetes retirados de circulación equivalentes a más de mil millones de euros.
Buckley fue víctima de la crisis económica en Irlanda,
como muchos otros. Durante una buena racha económica sacó un préstamo
para comprar una casa. Era el lugar donde viviría él y sus dos hijos
junto a su esposa, quien se había mudado recientemente de Zimbabwe, con
cuatro hijos suyos.
Cuenta a
BBC, que cuando pidió el prestamo todo iba bien, pero en unas dos o tres semanas “todo se fue al piso”. Y es que
Buckley no tenía un sueldo fijo y, poco después de la compra de la casa, se dio cuenta de que no podía cumplir con sus pagos hipotecarios.
Su matrimonio se acabó y tuvo que mudarse a un cuarto en el patio trasero de su casa,
puesto que la policía había embargado sus muebles. No era el único en
problemas, de hecho un promotor inmobiliario que había perdido todas sus
pertenencias, se suicidó.
Mientras observaba un montón de billetes fuera de servicio que un
amigo le había regalado, Buckley comenzó a pensar en el valor real de
esos billetes sin valor.
Decidió crear arte que reflejara el absurdo de la situación económica en Irlanda e hizo pinturas con billetes y monedas triturados.
Consiguió más ladrillos de billetes desechados.
La casa está construida a partir de láminas de madera y marcos donados por una ferretería.
Las paredes exteriores están construidas con ladrillos, mientras que,
en el interior, los euros desmenuzados forran las paredes y los pisos.
Tiene una ventana de doble cristal, una puerta de entrada de alta
seguridad y un baño.
Desde que el lunes abrió la casa al público
ha recibido más de 300 visitantes. Aunque el dinero ya no tiene ningún valor, de nada le sirve, eso pone muy triste a Buckley.
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