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Los adictos sufren anomalías hereditarias que impiden el autocontrol

Científicos británicos de la Universidad de Cambridge demostraron que esas personas presentan "fallas" en sus cerebros que las llevan a depender de las drogas y el alcohol. Entre hermanos, se comparte esa condición

Crédito foto: Reuters

Investigaciones previas habían encontrado anomalías cerebrales en personas adictas. Sin embargo, se desconocía si se producían como resultado de la adicción o si se encontraban allí previamente para predisponer a una persona a ella.

En el nuevo estudio, publicado en los Estados Unidos y realizado por científicos británicos, se compararon los cerebros de adictos con los de sus hermanos sanos, así como con los de voluntarios también sanos y no relacionados familiarmente.

Los expertos encontraron que los hermanos compartían muchas de las mismas fallas cerebrales. Esto indica que la vulnerabilidad cerebral tiene un origen familiar, aunque entre parientes fueran capaces de resistir la adicción. Eso se debe, explicaron, a factores relacionados con el entorno o a diferencias en la estructura cerebral.

"La predisposición de una persona a convertirse en adicta a sustancias estimulantes podría estar mediada por anomalías del cerebro ligadas a un problema de la capacidad de autocontrol", indica el trabajo dirigido por Karen Ersche y divulgado por la revista científica Science.

Los investigadores hicieron pruebas a 50 parejas de hermanos biológicos en los que uno era adicto a las drogas y el otro no presentaba una trayectoria de abuso crónico.

También se sometió a prueba a 50 parejas de personas sanas no relacionadas familiarmente que se utilizaron como grupo de control. Los tests consistían en pruebas que medían la capacidad de los sujetos estudiados para controlar sus impulsos.

Los investigadores encontraron que los hermanos, incluso aquellos que no eran adictos, obtuvieron resultados mucho peores que los voluntarios sanos.

Los escáneres del cerebro mostraron que la pareja de parientes compartía las mismas fallas en el lóbulo frontal del cerebro y en las conexiones de los ganglios basales, que controlan las funciones motoras, cognitivas y de comportamiento.

En un comentario que acompaña el artículo, Nora Volkow y Ruben Baler, del Instituto Nacional de Abusos de Drogas de los Estados Unidos, afirmaron que conocer más sobre este circuito cerebral podría ayudar a entender y tratar otros trastornos que presentan "controles dañados", como la obesidad, el juego de azar patológico, los trastornos por déficits de atención con hiperactividad y los desórdenes obsesivo-compulsivos.
 Infobae

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