Su nombre aún no fue difundido, pero poco a poco van
saliendo a la luz detalles sobre la vida del sargento estadounidense
acusado de haber matado a tiros a 16 afganos el pasado domingo en
Kandahar.
La masacre -en la que murieron mujeres y niños-
causó conmoción en la comunidad local y aumentó las tensiones entre
Estados Unidos y Afganistán.Según Browne, el soldado no quería ser enviado allí de nuevo. El abogado defensor también afirmó que su cliente no estaba en condiciones de servir en Afganistán.
"Le dijeron que no iba a ser enviado de nuevo, que no haría más períodos de servicio. Él y su familia contaban con eso. Y, literalmente, de la noche a la mañana eso cambió", dijo Browne.
También contó que el acusado había sido testigo de cómo un amigo recibió un disparo en la pierna el día antes de la masacre.
"Le volaron la pierna, y mi cliente estaba de pie junto a él", afirmó.
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