Si bien el mercado esta infestado de
artilugios, simulaciones, alargadores, y decenas de dispositivos
dedicados a subsanar los complejos masculinos en torno al tamaño natural
de su miembro, lo cierto es que este pene falso resulta una franca
novedad, ya que no busca enmascarar los obsequios de la naturaleza, sino
combatir la censura contra el uso de sustancias.
El Screeny Weeny, nombre del
innovador producto, básicamente consiste en un calzoncillo, adherido con
una faja térmica, en donde se almacena la orina sintética (o prestada,
según el caso), y la mantiene caliente hasta por seis horas. Del calzón
emerge un falo de plástico, que puedes elegir en dos tonos de piel, uno
más claro y otro más oscuro, y el cual extraerás con enorme confianza de
tu pantalón para vaciar la orina frente a la vigilante enfermera.
Finalmente tu muestra será analizada y tus padres, maestros o
empleadores, deberán pedirte perdón al comprobar que tu organismo está
más limpio que el de Deepak Chopra.
Y así concluirá felizmente un epidosio más en el que el ingenio humano burla al sistema.
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