Las pruebas preliminares llevadas a cabo con un número pequeño de pacientes mostraron resultados exitosos, afirma el estudio publicado en Science Translational Medicine (Science, Medicina Traslacional).
El hallazgo, agregan, podría tener un "enorme impacto" en la ciencia de trasplantes.
Y es que uno de los principales problemas tras el trasplante de un órgano es el riesgo de que el sistema inmune lo reconozca como un invasor foráneo y lo ataque.
Para evitar este rechazo los pacientes necesitan tomar durante el resto de su vida los fármacos supresores del sistema inmune.
El problema es que entre los efectos secundarios de estos medicamentos están el riesgo de desarrollar hipertensión, diabetes e infecciones graves.
En el estudio con ocho pacientes, el órgano para trasplante provenía de un donante vivo, el cual fue sometido al mismo tiempo a una extracción de células madre de la sangre.
El receptor, mientras tanto, fue sometido a radioterapia y quimioterapia para suprimir su sistema inmune.
Y dos días después de que se llevó a cabo el trasplante se le inyectaron las células madre.
La idea es que estas células ayuden a generar un sistema inmune modificado que reconozca al órgano como si fuera propio.
Tal como expresa el doctor Joseph Leventhal, profesor asociado de cirugía de la Universidad Northwestern "los resultados preliminares de este estudio son muy emocionantes y podrían tener un enorme impacto en el trasplante de órganos en el futuro".
La técnica, afirma el científico, podrá eventualmente utilizarse con otros órganos.
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