Ellie Lavi, una estadounidense radicada en Israel,
terminó convertida en el centro de una discusión legal sobre ciudadanía
por tener hijos en el extranjero y con material genético donado.
Lavi, soltera y también israelí, quedó
embarazada en una clínica de fertilidad gracias a esperma y óvulos
donados de manera anónima, una práctica común en algunos lugares del
mundo. Como vivía en Israel, dio a luz allá a dos mellizas.El caso de esta mujer es muy específico y, sin embargo, ya ha sido cuestionado porque pone en duda la forma como se comprenden elementos universales como la maternidad o la ciudadanía y porque revela cómo los avances tecnológicos no siempre vienen acompañados de adaptaciones legales.
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