El presidente Obama ofreció condolencias a su colega afgano vía telefónica
La matanza de 16 afganos,
aparentemente a manos de un sargento del ejército de EE.UU., amenaza con
desatar nuevamente la furia de parte de la población contra la
presencia de los estadounidenses y simultáneamente complicar las
operaciones de retirada de la que muchos consideran como "la guerra de
Barack Obama".
Los asesinatos se produjeron la madrugada del domingo en dos pueblos en la región de Kandahar. Y el incidente ha ampliado la brecha existente entre Kabul y Washington, ya profundizada por la quema de ejemplares del Corán por parte de militares estadounidenses. Un evento que desencadenó semanas de protestas en todo el país que dejaron al menos 40 muertos.
El presidente Obama se comunicó el domingo vía telefónica con su homologo afgano Hamid Karzai y le prometió una investigación completa del incidente, catalogado como la peor atrocidad cometida por militares estadounidenses contra la población civil en una década de guerra.
Pero su oferta podría no ayudar a calmar los ánimos como no sucedió tampoco con las rápidas disculpas que ofreciera tras descubrirse la quema del libro sagrado musulmán el mes pasado.
Guerra impopular
Se puede producir una ola de violencia como la vivida tras la quema de varios ejemplares dell Corán
Aunque en principio la ciudadanía agradeció el regreso de las tropas, que enfrentaban bajas casi a diario producto de atentados con explosivos, el paralelo aumento del contingente en las operaciones afganas preocupó a muchos.
Poco más de dos años después del cambio de estrategia, la mayoría de la población considera inútil la presencia estadounidense en Afganistán.
Una encuesta del diario The Washington Post y la televisora ABC, publicada este domingo, indica que el 60% de los consultados no creen que valga la pena lo que se está haciendo en Afganistán y favorecen un pronto regreso de las tropas.
Hace una década sólo el 35% dudaba de la utilidad de las operaciones afganas en el apuntalamiento de la seguridad nacional estadounidense.
El 54% de los entrevistados dice querer que EE.UU. salga de la nación asiática, aún cuando las fuerzas afganas no estén preparadas para garantizar la seguridad, en parte porque consideran que los afganos "no valoran" el "esfuerzo" de EE.UU.
La encuesta se realizó entre el 7 y el 10 de marzo, cuando se disipaba la ola de violencia que desató la quema del Corán
Acelerador del retiro
Algunos ponen en duda que la acción haya sido realizada por una sola persona
La Organización del Tratado del Atlántico norte, que coordina la misión afgana, ha establecido el 2014 como el año en el que las fuerzas de presidente Karzai asumirán totalmente las responsabilidades de seguridad en el país.
El secretario de defensa de EE.UU. Leon Panetta ha expresado que aspira que para mediados del próximo año los afganos hayan ya asumido el papel principal en las operaciones de combate y que las fuerzas extranjeras sean usadas sólo en misiones de apoyo.
Sin embargo, todavía hay muchos detalles por ajustar sobre esa futura "asociación estratégica", aunque muchos esperan que se haya definido antes de mayo cuando representantes de la OTAN y del gobierno de Kabul se reúnan en la cumbre de la alianza que se realizará en Chicago.
El corresponsal de la BBC en Washington, Jonathan Blake, estima que aunque masacre no cambiará la política de la Casa Blanca podría garantizar que e cumpla la salida de las fuerzas extranjeras.
"En el largo plazo puede dar a ambas partes, los gobiernos estadounidense y afgano, razones para redoblar sus esfuerzos para asegurarse de que las tropas salgan del país como está planeado sin prolongar aún más está guerra interminable y ahora impopular".
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