Leonel y yo somos iguales y él tiene la dicha de haber dado con una
mujer como yo”. Margarita Cedeño de Fernández no se esfuerza en parecer
modesta. Igual da si defiende su honestidad y la del presidente Leonel
Fernández, como si resalta las virtudes del hogar que comparten con su
niña, Yolanda América.
Cuando la Primera Dama habla de dos seres
iguales, se refiere a que no tienen, ni desean, villas ni en Casa de
Campo, ni en Cap Cana, Samaná, Jarabacoa o San Cristóbal, porque las
propiedades de lujo, sostiene, no los atraen.
La candidata
vicepresidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) habla de
su relación marital, en la que asegura no tienen cabida los egos que
podrían afectar a dos de las principales figuras políticas del país.
“Para dormir no hay ego”, responde ante una provocación de su
entrevistador. “Nos queremos, nos amamos, nos respetamos, nos admiramos y
entonces nos queremos más.
El amor se basa en respeto y
admiración y eso es lo que yo he comprobado”, continúa. “El es discreto,
pero me adora, yo lo quiero mucho”, comenta, a colación de uno de los
contados gestos de cariño que la pareja se ha reciprocado en público.
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