Oxidado y perdido, el Ryou-Un Maru, el barco fantasma
que deambulaba por los mares desde el tsunami que afectó a Japón en
2011, fue hundido a punta de cañonazos por la armada estadounidense. Más
que a sus fantasmas le temían al espeso diesel que todavía lleva en su
interior.
La marina estadounidense tomo la decisión cuando
el pesquero se acercó a la costa de Alaska. Hasta ese momento el
gobierno de Canadá, donde el barco fue avistado por primera vez, intentó
recuperarlo pero descartó la operación por la posibilidad de que
liberara el diesel y causara una contaminación mayor.A diferencia de Gump, el dueño del Ryou-Un Maru no quiere saber nada del barco fantasma. Mark Begich, senador de Alaska, señaló que contactaron con él pero que no deseaba recuperar la embarcación.
"Era demasiado caro tratar de salvar el barco y demasiado peligroso para poner a alguien a bordo. El barco llevaba más de 7.500 litros de diesel", detalló el oficial Wadlow Petty, quien dirigió la operación de hundimiento.
Los fantasmas que vienen
Aunque el barco era un punto muerto en el océano, las fuerzas armadas de EE.UU. no sólo enviaron una fragata artillada sino un avión Hércules que sobrevoló la zona para despejar el tráfico marítimo y aéreo.
El propietario del barco pesquero no quizo que se lo regresaran.
"De las 25 millones de toneladas de escombros que arrastró el tsunami, dos siguen flotando por los mares del mundo"
De ellas, entre cuatro y ocho millones de toneladas se han ido al fondo del océano, mientras que otras dos siguen flotando como fantasmas por los mares del mundo.
El barco es el primer objeto medianamente grande que ha sido avistado de la tragedia. Tardó un año en recorrer medio planeta arrastrado por los vientos y una velocidad promedio de un kilómetro por hora.
Cuando la guarda costera canadiense lo detectó se pensaba que era un barco de otra época por su avanzado deterioro. La sal se había comido buena parte de su estructura metálica y estaba desolado, como un barco fantasmal.
No será el último. Se espera que la principal masa de escombros del tsunami japonés y sus fantasmas toquen las costas de América del Norte en marzo de 2014.
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