Una mujer que fue encontrada culpable de matar a
cinco pacientes en un centro de diálisis de Texas con inyecciones de
cloro conocerá su suerte esta semana.
La semana pasada, un jurado en el Condado de Angelia encontró
culpable de homicidio a Kimberly Sáenz, de 38 años, en relación con las
muertes de los pacientes.
Este lunes se tendrá en cuenta si debe ser condenada a muerte o a prisión de por vida.
Las muertes tuvieron lugar en abril de 2008, cuando Sáenz era
empleada de la clínica de diálisis DaVita en Lufkin, unos 193 kilómetros
al norte de Houston.
Los fiscales dijeron que Sáenz mató a cinco pacientes con inyecciones de cloro. Otras cinco personas sobrevivieron.
Dos testigos dijeron que vieron a Sáenz utilizar una jeringa para
extraer cloro de un cubo de la limpieza e inyectarlo en las venas de los
pacientes.
Los fiscales agregaron que las consultas de búsqueda en Internet en
su portátil mostraron que Sáenz había visitado páginas sobre
intoxicación con cloro y si esta podía ser detectada en la diálisis.
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