El uso de esta sustancia en pequeñas dosis, pero a largo plazo, podría
inducir a algunos tipos de cáncer y padecimientos respiratorios
Alrededor de 20 millones de personas utilizan
el opio o uno de sus derivados como medicamento. Un nuevo estudio
sugiere otras razones para considerar este hecho como un problema.
Una investigación publicada en el British Medical Journal encuentra importantes conexiones entre las personas que consumen opio y enfermedades como el cáncer, enfermedades circulatorias y respiratorias.
“El uso recreacional del opio a largo plazo, aun en bajas cantidades,
ocasiona un incremento en la mortalidad debido a distintas causas”,
dice el coautor del estudio Paul Brennan, jefe del Departamento de
Genética en la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer en
Lyon, Francia.
¿Por qué es importante?
Aunque el estudio se enfoca en el uso recreacional del opio, la investigación también tiene implicaciones importantes para el uso medicinal de analgésicos derivados
de opio, tales como la morfina y la codeína, escribió Irfan Dhalla,
profesor adjunto en el hospital St. Michael en Toronto, en un documento
adicional.
Dhalla señala que, a partir de un estudio separado que se llevó a
cabo en Estados Unidos en pacientes con osteoartritis, se descubrió un
incremento del doble en el índice de mortalidad entre aquellos que
consumían opioides, en comparación con aquellos que ingerían
medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Otras investigaciones
sustentan la conclusión de que hay otros riesgos además de la
posibilidad de una sobredosis accidental.
Aún no se comprenden del todo estos riesgos y se necesitan más estudios para determinar qué es lo que está sucediendo.
“Para el manejo del dolor crónico no provocado por cáncer, se deberían prescribir otras recetas”, escribe Dhalla.
La investigación
Los autores se basaron en información de más de 50,000 personas del
noreste de Irán, quienes participaron en el estudio entre enero de 2004 y
junio de 2008. Al momento de inscribirse al estudio, las edades de los
participantes se encontraban entre los 40 y los 75 años. Los
investigadores registraron el uso del opio y otros factores, y les
dieron seguimiento hasta mayo del 2011.
Los investigadores se ajustaron a variables tales como pobreza y
tabaquismo, que podrían haber influido en los resultados de salud de los
participantes. Aún así, encontraron un incremento del 86% de
probabilidades de muerte de causas más graves entre la gente que
consumía opio.
El diseño del estudio, observar los resultados de los pacientes pero
sin asignarles al azar el uso de opio o no, no comprueba que el opio
cause riesgo de fallecimiento.
Sin embargo, los autores no pudieron determinar ninguna explicación
alternativa. Los efectos eran similares tanto en hombres como en
mujeres, tanto en fumadores como en no fumadores y en personas que
vivían en comunidades urbanas y rurales. Tanto consumir opio oralmente,
como fumarlo, conllevan los mismos riesgos.
Además, la mayoría de los participantes en el estudio no comenzó a
consumir opio a causa de una enfermedad preexistente, dijo Brennan.
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