Al contrario de lo que se ha
pensado durante mucho tiempo, dormir mucho parece ser una buena forma de
proteger a la gente que tiene predisposición genética a la obesidad,
afirman científicos en Estados Unidos.
El sueño prolongado protege al organismo de los factores genéticos que conducen a la obesidad.
Y dormir poco tiene el efecto opuesto, afirma el estudio publicado en Sleep, la revista de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño.
Estudios pasados habían mostrado la importancia del sueño en los procesos biológicos y el riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2 y obesidad.
Pero las investigaciones se habían centrado en el impacto que tiene en una persona dormir poco o dormir con interrupciones.
La nueva investigación, sin embargo, revela que hay factores mucho más complejos entre el sueño y los mecanismos biológicos que conducen a la obesidad.
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