El experimento se realizó primero conectando la pata a un computador, y luego probando con el equipo miles de señales diferentes para reconocer a qué señales responde. “Esto se logró estimulando la pata con música desde algo tan simple como un iPod”, explica Bryan.
El computador reconoce las ondas que controlan a la pata y las sincroniza con patrones cerebrales de un usuario humano, de manera que cuando la persona piensa en algo específico, el dispositivo Epoc detectará ese pensamiento y lo transformará en movimiento en la pata de cucaracha.
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