Los micrófonos de la década de 1960 tienen un sonido particular.
Mientras se desarrollan
sofisticadas y baratas tecnologías para que grabar una canción sin la
necesidad de un estudio sea más y más fácil, los estudios de grabación
tradicionales dicen que la demanda por sus servicios sigue existiendo.
La tecnología digital fue un duro golpe para la industria musical. El formato MP3 o los servicios de streaming como YouTube le permiten a cualquier usuario oír una canción con facilidad.
Y softwares de grabación como Garage Band, que le permite a cualquier persona con una computadora marca Apple producir una canción en su casa, se vieron como una amenaza a los estudios de grabación.
En los últimos años, expertos y aficionados sentenciaron el fin de la música como la conocíamos, en parte porque las nuevas tecnologías –y sobre todo la cultura de la piratería en internet– dieron un inmenso golpe a las compañías que se lucraban de la ventas de discos grabados en estudio.
Sin embargo, las predicciones parecen haber fallado. En especial, aquellas que predijeron el fin de los estudio de grabación musical.
Expertos en la industria de la música le dijeron a la BBC que últimamente se ha dado un resurgimiento del estudio de grabación, de las grabadoras análogas y los instrumentos tradicionales. La nueva música parece estarse creando con vieja tecnología.
Tecnología obsoleta o cara
El Ampex ATR 102 es un mezclador con alta demanda que dejó de producirse.
"Les gusta el sonido vocal, casi distorsionado y arenoso, que se produce gracias al micrófono. Son muy costosos porque ya no se producen, pero nosotros compramos muchos de ellos en aquellos tiempos", asegura.
Tim Vine-Lott, director técnico en Air Studios, fundados por el productor de los Beatles George Martin, confesó que los ingenieros aún tienen una particular debilidad por la vieja cinta de audio.
"Tenemos un Ampex ATR 102, una máquina de cinta de doble vía, con la que la gente todavía prefiere mezclar", dijo.
La producción del ATR 102 se interrumpió en 1982, pero todavía existen ejemplares en varios estudios de sonido de todo el mundo. Air Studios, cuyos clientes incluyen a George Michael, Radiohead y los Black Eyed Peas, tiene cuatro de estas máquinas.
"Pasamos mucho tiempo recorriendo el mundo para encontrar los repuestos", admitió Vine-Lott.
"Grabar en cinta es complejo. Con un disco duro que te cuesta US$150 puedes grabar 96 pistas, mientras que al gastar US$300 en una cinta de diámetro de 26.7cm solo tienes unos 15 minutos".
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