Pacientes abandonados esperan que sus familiares regresen por ellos
Manuel Santana tiene 42 años y es nativo de Villa Mella, Santo Domingo Norte. Hace dos años fue llevado al hospital Francisco Moscoso Puello por una hermana a la que identifica como Miguelina, luego de que una valla publicitaria lo dejara parapléjico. Desde entonces, ningún familiar le visita y vive del hospital y de la caridad de las enfermeras y los voluntarios que le dan asistencia, pues no puede comer ni valerse por sí mismo.
Leslie Cooper, es de nacionalidad panameña, fue encontrado por los bomberos en una de las calles de la ciudad y llevado al Darío Contreras. Tenía una herida en su brazo derecho la cual le provocó un absceso que motivó la amputación de ese miembro. A este hombre, la voz se le ha apagado y entre lo poco que dice afirma que el hospital es su casa y que nadie lo saca de ahí.
Y es que los casos de personas y niños abandonados en los hospitales son cada vez más frecuentes, según afirman los directores y encargados de departamentos de trabajo social de diferentes centros asistenciales, quienes califican la acción como un drama muy serio.
Por lo general, las personas son llevadas a los hospitales por los bomberos, Cruz Roja, policías, familiares y particulares. Algunos llegan heridos por caídas y accidentes de tránsito, otros padecen problemas mentales y no saben quiénes son ni de dónde vienen.
En la actualidad, en el Darío Contreras hay tres personas abandonadas, en el Robert Reid Cabral hay dos niños menores de seis años y otros dos adultos en el Moscoso Puello. Estos casos también se presentan en los hospitales Luis Eduardo Aybar y en el Vinicio Calventi de Los Alcarrizos, aunque no en la actualidad.
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