Si toma todos sus libros y los saca a la calle,
probablemente esperará que desaparezcan rápidamente. Pero un hombre en
Manila, Filipinas, lo intentó y comprobó que su colección creció.
A sus 60 años, Hernando Guanlao es un hombre enérgico con una clara pasión: los libros.Son su orgullo y su alegría y, le guste o no, poco a poco se están haciendo con su casa.
Conocido por su mote, Nanie, Guanlao ha montado una biblioteca informal afuera de su casa en el centro de Manila para promover la lectura y compartir su pasión con los vecinos.
La idea es simple. Los lectores pueden tomar tantos libros como quieran y por el tiempo que deseen e incluso quedárselos para siempre. "La única regla es que no hay reglas", afirma Guanlao.
Pero, al contrario de lo que podrían pensar, en los 12 años que lleva al frente de este club de libros, como él lo llama, su colección ha ido creciendo gracias a las donaciones de la gente.
"Los libros me hablan"
Guanlao comenzó el proyecto en el año 2000 cuando sus padres murieron.
Guanlao comenzó su biblioteca en el año 2000 poco después de que murieran sus padres. Estaba buscando algo para honrar su memoria y se le vino a la mente la idea de promover el hábito de la lectura que heredó de ellos.
"Vi mis viejos libros de texto en la parte de arriba de la casa y decidí ponerlos a disposición de la gente para que los usara", explica.
Alfabetización en Filipinas
- Filipinas tiene una de las más altas tasas de alfabetización del mundo en vías de desarrollo.
- Aproximadamente el 93% de la población de 10 años o más sabe leer y escribir.
Y tal fue el éxito de la iniciativa que, según confiesa, ahora no tiene idea de cuántos libros tiene. No obstante hay fácilmente entre 2.000 y 3.000 en las estanterías y en las cajas amontonadas en la puerta de su hogar.
Los textos también invaden hasta el último rincón de su vivienda y es prácticamente imposible entrar en la sala de estar. Hace mucho que Guanlao no saca su auto del garaje y hay libros apilados hasta en las escaleras.
Pese a que no está anunciada en ningún lugar, cada día llega a la biblioteca de Guanlao una hilera de gente diversa, como unos comerciantes que pasaron por allí a la hora del almuerzo, un hombre del barrio y un grupo de escolares que se llevaron libros de texto y algunas revistas de moda.
Sin embargo, es gente como Celine, que vive en la misma calle que Guanlao, la que mantiene la biblioteca. Celine llegó con dos bolsas repletas de libros: algunos para devolver y otros para donar.
Según explica, hasta que existió esta iniciativa sólo había estado en la biblioteca nacional de Manila, donde no se pueden tomar prestados libros.
Por eso, cree que este proyecto puede servir para acercar los libros a los filipinos, a los que no siempre les es fácil acceder a ellos.
En Filipinas, comprar un libro cuesta 300 pesos (US$7), mientras que los importados, como los libros infantiles, pueden costar el doble.
"Teniendo en cuenta los ingresos de una familia media, creo que los padres tienen otras prioridades", indica Celine.
Biblioteca móvil
Pese a que no está anunciada en ningún lugar, siempre hay gente en la biblioteca de Guanlao.
Además, ha puesto su mirada más allá de la capital. Por el momento, Guanlao ya ha dado varias cajas de libros a un hombre que quiere poner en marcha una iniciativa similar en la provincia de Bicol, a 10 horas en auto de Manila.
Y ya está pensando en ayudar a una amiga que quiere montar un "barco biblioteca" que visitará dos islas del sur del país.
Nanie Guanlao, que dejó su trabajo por este proyecto y vive de sus ahorros, cree que el esfuerzo merece la pena.
"No le haría justicia a estos libros si los meto en un cajón o en una caja. Un libro tiene vida propia, un mensaje. Tiene que ser leído y releído", suele decir. "Como bibliotecario, me siento un hombre realizado".
1 Comentarios
¡Interesante post! Si eres un amante de la literatura y te gusta descubrir nuevos libros, te proponemos comenzar a leer libros de temática árabe. Es posible adquirirlos a través de una tienda online especializada, la cual cuenta con una amplia selección de los mismos.
ResponderBorrar