Científicos
españoles hallaron en Roma el lugar exacto donde fue apuñalado Julio
César, el hombre fuerte del Imperio Romano en el año 44 antes de Cristo.
El sitio fue ubicado en una estructura del área arqueológica Torre
Argentina, en el centro de Roma y cerca del principal teatro de la
capital italiana, informó el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC) de España.
La estructura de hormigón de tres metros de ancho por más de dos de
alto fue colocada por orden de Augusto, el hijo adoptivo y sucesor de
Julio César, como una condena al crimen de su padre.
“Este hallazgo confirma que el general
fue apuñalado justo en el centro del fondo de la Curia de Pompeyo,
mientras presidía, sentado en una silla, la reunión del Senado”, indicó
el CSIC. La Curia de Pompeyo fue la tercera sede del Senado Romano.
El asesinato de Cayo Julio César, resultado de un complot de varios
senadores, ocasionó el estallido de las guerras civiles y la transición
definitiva hacia el sistema imperial romano. César se convirtió en un
título adquirido por los emperadores romanos que lo sucedieron y alcanzó
a la antigua Rusia con una contracción de la palabra: zar.
“Siempre se supo que Julio César fue asesinado en la Curia de Pompeyo
el 15 de marzo del 44 a.C., porque los textos clásicos así nos lo
transmiten, pero hasta ahora no se había recuperado ningún testimonio
material de este hecho tantas veces representado en la pintura y en el
cine”, afirmó Antonio Monterroso, investigador del CSIC.
El lugar exacto donde el conquistador de la Galia cayó asesinado en
el Senado fue clausurado con la estructura rectangular como una
capilla-memorial.
Sin embargo, los científicos españoles no saben si la construcción de
esta estructura implicó que el edificio dejara de ser completamente
accesible.
“Es muy atractivo, en sentido cívico y ciudadano, que miles de
personas tomen hoy el autobús y el tranvía justo al lado de donde hace
2,056 años fue apuñalado Julio César, o que incluso vayan al teatro,
pues el principal de la capital, el Teatro Argentina, se encuentra muy
cerca”, añadió Monterroso.
La investigación de los científicos españoles contó con la
colaboración de la Superintendencia de Bienes Cultural de la Comunidad
de Roma y otros órganos del gobierno español.
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