Ginebra.- El adulterio sigue siendo un crimen en
muchos países y en casos extremos es castigado con la muerte por
ahorcamiento o lapidación, denunció hoy el Grupo de Trabajo de la ONU
sobre Discriminación de las Mujeres en la Ley y en la Práctica.
En un comunicado difundido al término de la quinta sesión del Grupo
de Trabajo en Ginebra, su presidenta, Kamala Chandrakirana, admitió que,
de acuerdo con algunas tradiciones, costumbres y sistemas legales el
adulterio pueda constituir una ofensa civil con consecuencias en casos
de divorcio o custodia infantil.
Pero rechazó de manera tajante “que sea considerado un crimen,
castigable con multas, privación de libertad, azotes o la aplicación de
la pena capital mediante lapidación y ahorcamiento”, dijo Chandakirana,
que agregó que la desproporción de la pena tiene el elemento añadido de
discriminación en contra de las mujeres.
“Muchas veces, la letra de los Códigos Penales no tratan a las
mujeres y a los hombres de manera equitativa y establecen castigos más
duros contra la mujeres, además de dar al testimonio de las mujeres la
mitad del valor del testimonio de los hombres”, afirmó.
La política de los Grupos de Trabajo de la ONU es no apuntar de
manera concreta a ningún país, aunque fuentes diplomáticas señalaron que
hay seis Estados que encabezan la “lista negra” en el castigo del
adulterio: Arabia Saudí, Yemen, Sudán, Pakistán, Irán y Mali.
En otros países asiáticos, como las dos Coreas, Filipinas y Taiwán,
el adulterio puede suponer pena de cárcel, mientras que en la
legislación de algunos Estados de EE.UU, como Michigan, Maryland, Nueva
York, Wisconsin y Carolina del Sur, aún figura como un delito, aunque
raramente se abren procedimientos penales al respecto.
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