El 5 de octubre de 1962 se estrenó la primera película de James
Bond. Desde entonces pasaron 23 filmes, seis protagonistas, ganancias
millonarias y fanáticos por todo el mundo. Desde la Guerra Fría hasta el
terrorismo internacional.
Por Susana Parejas Se podría decir que James Bond tiene dos padres y que ninguno de los dos lo aceptó tal como es. Por lo menos en su nacimiento. El padre literario Ian Fleming le dio vida, en 1951, en medio de unas vacaciones en Jamaica, más como un pasatiempo que como un proyecto editorial de gran alcance. “Lo escribí utilizando sólo la mitad de mi cerebro, es una cosa tosca”, le dijo Fleming a su amigo el poeta William Plomer cuando le entregó el manuscrito, bajo la condición de que sólo él lo leyera.
El otro padre, Sean Connery, el que le dio su primera respiración en el cine el 5 de octubre de 1962, en una proyección en Londres, tampoco lo quiso. No sólo le resultaba antipático, además, lo consideraba poco humano e incapaz de verdaderos pensamientos y sentimientos. Pobre Bond, James Bond. “Yo no quería hacerlo, porque me di cuenta de que bien hecho tendría que ser el primero de una serie y no estaba seguro de que quería participar en eso. Yo quería ser libre. Debo admitir con toda honestidad que no creía que fuera a despegar como lo hizo, a pesar de que tenía los ingredientes del éxito: el sexo y la acción”, declaró en 1965, en una entrevista que le hizo la revista Playboy, en plena filmación de Operación Trueno, en las Bahamas.
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