Una compañía aérea anunció que
ofrecerá zonas "tranquilas" libres de bebés en sus vuelos. ¿Deberían
seguir el ejemplo todos los aviones y trenes o deben los adultos
aprender a convivir con pasajeros infantiles?
A 35.000 pies de altura, el alarido parecido a un claxon de un niño angustiado chirría a través de una cabina presurizada.Para los viajeros que ya estaban estresados por los interminables controles de seguridad, encajonados en asientos sin mucho espacio y nerviosos por el hecho de estar a tanta distancia de la tierra, es casi suficiente para que deseen romper la ventanilla de Plexiglas y saltar al vacío.
Y también es fuente de ansiedad para los avergonzados padres, quienes tratan desesperadamente de pacificar a su criatura mientras tienen que hacer frente a miradas de desaprobación por parte de los demás adultos.
Una aerolínea ofrece una posible solución.
La compañía de vuelos económicos Air Asia anunció que a partir de febrero sus aviones dispondrán de una "zona tranquila" sin costo adicional para pasajeros a partir de los 12 años.
Separados del resto por baños y mamparas, estas siete filas de clase económica deberían ser inmunes al sonido de los berrinches infantiles, según asegura la empresa.
"Sé, desde antes de tener a mi hija, lo que es intentar dormir y que haya un bebé que llora. Si supiera que toda esa gente de mi alrededor había elegido sentarse allí, sentiría menos estrés"
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