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Inaguran museo en honor a Nuestro Ron Dominicano


BARCELÓ EXPORT IMPORT INAUGURÓ SU CENTRO HISTÓRICO EN SAN PEDRO DE MACORÍS



  • Atractivo. El lugar muestra al visitante el milagroso proceso en el que los alcoholes sacados del jugo de la caña de azúcar se convierten en añejos embotellados.
Santo Domingo
La caña de azúcar llegó al Nuevo Mundo en el segundo viaje de Cristóbal Colón. Era entonces el año 1493. Julián Barceló vino muchos siglos después. Llegó en 1929 a tierras del Caribe en busca de un sueño. Ambos, la caña y Julián, se habían embarcado en un puerto español con alrededor de 400 años de diferencia.
Pero esta no es una historia de coincidencias, sino de emprendimiento. Colón trajo la caña decepcionado del oro inexistente y con la expectativa de convertir las nuevas tierras en azúcar. Julián Barceló se encontró en República Dominicana con aquellos dulces cañaverales y decidió fundar Barceló & Co en 1930 en la ciudad de Santo Domingo, convirtiendo en un festivo emporio su sueño isleño de hacer crecer la gran industria de los rones.
El ron Barceló se convirtió en un emblema nacional. No había quien no asociara el disfrute del país con un trago de ron Barceló. Y esa distinción acompañó a la marca por décadas, en la medida en que se multiplicaba en nuevos añejamientos guardados con celo en las bodegas de Barceló, en toneles de roble blanco que alguna vez añejaron vinos de Bourbon, en Kentucky, en Estados Unidos.
Un museo único con fragancia a ron
Ahora, como parte de ese legado que Barceló deposita en la memoria del país, acodado en su protagonismo durante más de un siglo, han inaugurado el Centro Histórico Ron Barceló (CHRB), único en su género, un sueño de valioso sentido cultural que la familia Barceló había acariciado por mucho tiempo y que ahora muestra a los visitantes nacionales y extranjeros piezas originales de varios siglos ligadas a la marca Barceló y a la industria del ron y la caña de azúcar en general.
El CHRB ha sido abierto en las instalaciones de la Licorería #50 de Ron Barceló, ubicada en las inmediaciones de San Pedro de Macorís, provincia ubicada en el corazón de la región cañera del país, donde Ron Barceló mantiene su mayor centro de operaciones.
El CHRB, con su diseño de forma de barrica, incita a caminarlo. Los salones van mostrando viejos arados, alambiques para destilar primitivamente el alcohol, anclas antiguas, vasijas de batey, trapiches primitivos, barricas, toneles, líneas del ferrocarril original, pailas de melado, implementos que recuerdan la historia del cultivo de la caña de azúcar y de la elaboración del ron a través de quinientos años. El viejo camión Chevrolet en el que Julián Barceló repartía, en 1929, sus primeros rones es parte de este museo.
El centro se complementa con una visita a las bodegas de añejamiento, el taller de barricas y las áreas de elaboración y envasado para, al fin, constatar el buque de los rones Barceló Blanco, Barceló Dorado, Barceló Añejo, Gran Añejo, Imperial, Cream y Gran Platinum en el bar.
SIGLO XXI, BARCELÓ EN EL GUSTO INTERNACIONAL
Quienes visitan el CHRB se llevan el secreto de ese milagroso proceso que convierte a la rígida caña de azúcar en un ron exclusivo y superior.
Hoy, Ron Barceló tiene nombre internacional. Convertido en Barceló Export Import (Beica), un consorcio que ha unido a la familia Barceló, la familia García y a empresarios españoles, Ron Barceló ocupa una posición privilegiada entre los rones líderes de República Dominicana y exporta 2 millones de cajas anuales a más de 50 países alrededor del mundo.
El Centro Histórico Ron Barceló le cuenta al visitante esta historia, y le muestra el milagroso proceso en el que los alcoholes sacados del jugo de la caña de azúcar se convierten en estos añejos embotellados que, bajo la marca Ron Barceló, le concentran toda la felicidad en pequeños traguitos de ron.

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