En sus discursos durante la XXII Cumbre Iberoamericana de Cádiz, varios mandatarios latinoamericanos fustigaron el modelo de ajuste aplicado en el Viejo Continente
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En un "nuevo escenario global en el que América Latina gana peso específico y centralidad", Mariano Rajoy pidió establecer "una relación renovada que podemos definir como una doble vía plena" entre ambos continentes, y propuso una mayor inversión de América Latina en España y Europa.
La mandataria señaló que medidas tomadas para afrontar la crisis financiera no sirvieron para aumentar la confianza de los mercados, pero sí de los ciudadanos. "Pese a la austeridad y recorte de gastos, el bajo crecimiento hace que no se reduzcan los déficit fiscales", afirmó.
Rousseff pidió que la estrategia adoptada para combatir las crisis muestren resultados para las personas y no sólo de más años de sufrimiento. En cuanto a la situación global, Brasil, dijo, considera que la consolidación fiscal exagerada y simultánea en todos los países no es la mejor respuesta a la crisis mundial y la puede agravar, provocando una mayor recesión y pidió también a que los países en una mejor situación contribuyan a mejorar la situación invirtiendo, consumiendo e importando más. Así lo hará Brasil, que ampliará su inversión pública y privada en infraestructuras, reducirá la carta fiscal a los salarios e impulsará programas sociales que ayuden a mantener el consumo interno.
El presidente boliviano destacó las nacionalizaciones de los hidrocarburos que ha realizado su Gobierno como forma de lograr avances sociales en la población. También condenó el "injusto enclaustramiento de Bolivia" y la imposibilidad de tener un acceso directo al mar. "Esta situación no sólo daña las relaciones en mi región, sino que también impide el completo desarrollo de Bolivia", dijo Morales al denunciar que la "diplomacia chilena cierra filas cuando se trata de abordar este diferendo marítimo".
Poco después de su intervención, Morales se retiró anticipadamente de la Cumbre Iberoamericana por compromisos en Bolivia.
Durante su intervención, Correa atacó el "neoliberalismo" al considerar que "sus recetas" no sirven para salir de la actual crisis en la que está sumida el mundo occidental.
En alusión a la importante comunidad ecuatoriana en España, afectados también por la crisis económica, Correa valoró el reciente decreto ley del Gobierno de Rajoy que suspende en España los desahucios de viviendas de familias más vulnerables.
El problema de los desahucios, resultante de la profunda crisis económica y elevado desempleo en España, es para Correa una muestra de la "supremacía del capital sobre los seres humanos", al denunciar una "crisis sistémica" en la que la hay "gente sin casa y casas sin gente", en alusión a la acumulación de viviendas por parte de los bancos por impago de hipotecas.
En ese contexto, criticó las "políticas de austeridad que afectan a la mayoría y solo benefician a pocos", la deuda pública "en parte ficticia", porque los acreedores son los bancos centrales.
Más contenido en sus palabras fue Ollanta Humala, que consideró América Latina no debe "sobreestimar su fortalecimiento económico" porque aún es la región más desigual, y que "Europa es más grande que sus problemas".
El mandatario peruano señaló que aunque América hoy se muestra al mundo como una región emergente "no olvida su origen". El presidente peruano recordó que la crisis de la deuda de los años 80 dejó en América lecciones que "hemos aprendido".
A juicio de Humala, "gracias al dinamismo de su economía", Perú se ha convertido en una plataforma de oportunidad para inversiones en materia de energía, servicios, turismo e infraestructuras.
Felipe Calderon se despidió de sus colegas iberoamericanos criticando la despenalización de la marihuana en algunos estados de Estados Unidos y la necesidad de combatir el crimen organizado que sustenta el narcotráfico.
El presidente saliente mexicano dedicó gran parte de su discurso a este último asunto. Calderón expresó su satisfacción en que sus colegas iberoamericanos incluyeran en la declaración final de la Cumbre una condena de esos crímenes.
Al señalar que la población mexicana es muy joven, Calderon afirmó que la reconstrucción del tejido social y la "gran oportunidad" de crecimiento económico que tiene ahora el país "se ve opacado por el masivo reclutamiento de jóvenes por el crimen organizado".
Por último, el vicepresidente argentino Amado Boudou, en representación del Gobierno de su país, esperó su turno para denunciar a los denominados "fondos buitres", y también criticó las políticas de ajuste que se aplican en Europa, que, en su opinión, acentúan la crisis que representa "un riesgo demasiado alto".
"Nuestra experiencia nos ha enseñado que las políticas de ajuste fiscal van en contra de la recuperación", señaló ante una veintena de mandatarios en la sesión plenaria de la cumbre. "El riesgo de insistir en políticas de ajuste es demasiado alto".
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