Mientras veteranos como
Deron Williams (98 millones por cinco años),
Gerald Wallace (40 en 4) o
Steve Nash (25/30 millones en tres años) continúan engrosando cuentas ya colmadas de dólares, la nueva generación de millonarios de la liga de baloncesto más importante del mundo comienza a depositar sus primeros cheques grandes. Muy grandes.
Se trata de los jugadores que, después del
período de incertidumbre signado por el lockout,
ahora tienen un marco legal que les permite negociar con las
franquicias un sueldo en períodos más prolongados, y claro, más jugosos.
Según el diario español Marca, los nuevos ricos tienen estas estrellas:
. Blake Griffin (Los Angeles Clippers):
fue el Nº1 de la elección de 2009, el famoso draft de la NBA, y sus
volcadas causaron sensación en la Liga. A pesar de sus lesiones en la
rodilla, se llevará hasta
95 millones de dólares en el próximo lustro, en un contrato cuyas cifras son variables.
. James Harden (Houston Rockets):
no aceptó una oferta de Oklahoma (55 millones), equipo con el que llegó
a la final de la 2012/2013, pero sí la de Houston Rockets:
US$ 80.000.000 en cinco años. Un gran negocio, aunque es evidente que priorizó mucho lo económico y poco lo deportivo.
. Brook Lopez (Brooklyn Nets):
el equipo recién mudado desde New Jersey quería romper el mercado con
Dwight Howard, pero éste se fue a los Lakers y los Nets decidieron
confiar en Lopez. Le pagarán
61 millones en cuatro temporadas.
. Roy Hibbert (Indiana Pacers): amagó con irse a Portland Trailblazers, pero su equipo igualó la oferta de
58 millones para mantenerlo dentro del plantel por cuatro años.
. Eric Gordon (New Orleans Hornets): un caso polémico, ya que el ex Bulls quería irse de la ciudad sureña a Phoenix, donde los Suns le ofrecieron
58 millones en 4 años.
Pero NOH igualó la cifra y lo retuvo, aunque Gordon no juega porque le
duele la rodilla. Ahora sospechan que en realidad está frustrado por
tener que quedarse.
. Ty Lawson (Denver Nuggets):
curiosamente, durante el lockout de 2011 se había ido a jugar a
Lituania, donde no rindió. Pero al reactivarse la NBA, de pronto
recuperó sus fuerzas: promedió 16,45 puntos y 6,6 asistencias. Y fue
reconocido con
48 millones, a cobrar entre 2012 y 2017. Gran negocio. En Kaunas todavía no lo pueden creer.
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