A las 15:56 GMT Joseph Ratzinger dejó el Vaticano y se retiró hacia la residencia de Castel Gandolfo, donde emitió su último mensaje como Sumo Pontífice. "No soy más pontífice, sino un peregrino", dijo
Por la mañana, a las 11:00 hora GMT, el papa Benedicto XVI recibió a un grupo de cardenales que participarán en el cónclave de sucesión, que se adelantó gracias a un decreto emitido por él mismo, que permite a los religiosos autorizados acelerar los pasos para llevar adelante la elección. Después de algunas renuncias sorpresivas -entre ellas, la que dejó a Reino Unido sin representantes en la elección del nuevo papa-, la lista de candidatos se ha reducido; en ella se perfilan varios latinoamericanos, con la esperanza de que la región pueda tener un representante suyo a la cabeza de la Iglesia por primera vez en la historia.
Entre los nombres más mentados para su sucesión figuran el de los cardenales brasileños Claudio Hummes y Joao Braz de Aviz, así como el del filipino Luis Antonio Tagle o el del canadiense Marc Ouellet, un gran conocedor de América Latina.
A la llegada al cónclave, aunque pocos prelados hablaron a la prensa, el cardenal colombiano Ruben Salazar Gómez sostuvo que "tenemos un sentimiento de gran tristeza y afecto por el Santo Padre y agradecimientos por su invaluable trabajo en todo este tiempo, y a la vez, hay un sentimiento de confianza en el proceso para elegir a su sucesor en el cónclave".
Benedicto XVI prometió, tras el encuentro con los cardenales, "respeto incondicional y obediencia" al nuevo papa.
"Entre vosotros está el futuro Papa, al que prometo mi respeto incondicional y obediencia. Continuaré rezando, especialmente en estos días (del cónclave)", afirmó Benedicto XVI, al que se lo vio sereno y sonriente, en el discurso de despedida a los cardenales.
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