DEFICIENCIA EN TRANSPORTE PÚBLICO AFECTA A URBANIZACIONES DEL GRAN SANTO DOMINGO
Una ciudad moderna con un servicio público de
transporte desfasado y deficiente, que como consecuencia fundamental ha
trastornado la vida de los residenciales del centro de la ciudad, podría
ser una definición para el denominado Gran Santo Domingo.
El planteamiento lo sus- tenta el técnico vial Onéximo González, quien analizó ayer la situación por la que atraviesan los ensanches Miraflores y Gazcue, afectados por el tránsito de vehículos del transporte público por sus calles interiores.
Y sí se quiere resolver dicha problemática, de acuerdo al urbanista y regidor Kalil Michel, se debe definir primero a qué institución le corresponde el manejo del tránsito en la capital dominicana, y articular un sistema de transporte público en el que sea penalizado el tomar “atajos por vías residenciales”.
La realidad de Miraflores y de Gazcue, dos sectores céntricos capitalinos, se repite por todo el gran Santo Domingo, debido a la masificación del transporte público que, sin control, ha crecido constantemente.
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Michel explicó ayer que el agravio en el transporte público empieza cuando un autobús o automóvil tiene a su disposición paradas según sean los pasajeros existentes. El también regidor de la capital dominicana entiende que en los últimos años se ha tenido un crecimiento del parque vehicular sin ninguna planificación.
“Hay que concertar un marco jurídico donde se indique quien tiene la responsabilidad del tránsito en Santo Domingo”, dijo el concejal. Además explicó que ciertamente la ley del Distrito Nacional y los municipios del país le asigna esa responsabilidad a las alcaldías, pero no obstante a esto el Estado cuenta con innumerables instituciones facultadas para regir esta materia.
Mientras que González asegura que la población ha crecido significativamente en los últimos 20 años, y sin embargo la ciudad tiene aun el mismo modo de transportarse de hace 40 años. Explicó que en el gran Santo Domingo se producen 3 millones de viajes por día, de los que el 85 por ciento es satisfecho por los conductores y rutas del transporte público.
“El sistema de transporte nuestro es obsoleto, inseguro y contaminante”, explica el técnico.
Ese crecimiento vehicular, transitando por las mismas calles de hace 20 años, ha obligado a juicio de ambos especialistas que los conductores busquen ventajas al acortar sus rutas y evitar taponamientos de las vías principales.
El caso de Gazcue por donde ya es costumbre ver transitar a camiones de carga muestra lo que aseguran estos expertos. Junto a esto, se destacan en la zona las vías que han sido designadas por los conductores, tanto públicos como privados, como de desahogo.
La calle Mahatma Ghandi, por solo citar alguna, es aprovechada para evitar el transito en la Máximo Gómez, aprovechando que es paralela a la vía principal.
O la Caonabo para evitar el taponamiento de la avenida Bolívar.
En las últimas semanas diversas organizaciones sociales han expresado su preocupación por como ha disminuido la calidad y cantidad de los espacios públicos con el transcurrir de los últimos meses, y el desenfreno vehicular que afecta directamente la vida de milla- res de munícipes.
El planteamiento lo sus- tenta el técnico vial Onéximo González, quien analizó ayer la situación por la que atraviesan los ensanches Miraflores y Gazcue, afectados por el tránsito de vehículos del transporte público por sus calles interiores.
Y sí se quiere resolver dicha problemática, de acuerdo al urbanista y regidor Kalil Michel, se debe definir primero a qué institución le corresponde el manejo del tránsito en la capital dominicana, y articular un sistema de transporte público en el que sea penalizado el tomar “atajos por vías residenciales”.
La realidad de Miraflores y de Gazcue, dos sectores céntricos capitalinos, se repite por todo el gran Santo Domingo, debido a la masificación del transporte público que, sin control, ha crecido constantemente.
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Michel explicó ayer que el agravio en el transporte público empieza cuando un autobús o automóvil tiene a su disposición paradas según sean los pasajeros existentes. El también regidor de la capital dominicana entiende que en los últimos años se ha tenido un crecimiento del parque vehicular sin ninguna planificación.
“Hay que concertar un marco jurídico donde se indique quien tiene la responsabilidad del tránsito en Santo Domingo”, dijo el concejal. Además explicó que ciertamente la ley del Distrito Nacional y los municipios del país le asigna esa responsabilidad a las alcaldías, pero no obstante a esto el Estado cuenta con innumerables instituciones facultadas para regir esta materia.
Mientras que González asegura que la población ha crecido significativamente en los últimos 20 años, y sin embargo la ciudad tiene aun el mismo modo de transportarse de hace 40 años. Explicó que en el gran Santo Domingo se producen 3 millones de viajes por día, de los que el 85 por ciento es satisfecho por los conductores y rutas del transporte público.
“El sistema de transporte nuestro es obsoleto, inseguro y contaminante”, explica el técnico.
Ese crecimiento vehicular, transitando por las mismas calles de hace 20 años, ha obligado a juicio de ambos especialistas que los conductores busquen ventajas al acortar sus rutas y evitar taponamientos de las vías principales.
El caso de Gazcue por donde ya es costumbre ver transitar a camiones de carga muestra lo que aseguran estos expertos. Junto a esto, se destacan en la zona las vías que han sido designadas por los conductores, tanto públicos como privados, como de desahogo.
La calle Mahatma Ghandi, por solo citar alguna, es aprovechada para evitar el transito en la Máximo Gómez, aprovechando que es paralela a la vía principal.
O la Caonabo para evitar el taponamiento de la avenida Bolívar.
En las últimas semanas diversas organizaciones sociales han expresado su preocupación por como ha disminuido la calidad y cantidad de los espacios públicos con el transcurrir de los últimos meses, y el desenfreno vehicular que afecta directamente la vida de milla- res de munícipes.
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