La reforma migratoria que estudia el Congreso
debe incluir un aumento de visas de residencia permanente por vínculos
familiares o, de lo contrario, la demora en esos trámites podría ser de
al menos 19 años, según un informe divulgado ayer por el Instituto de
Política Migratoria (MPI, en inglés).
El informe de 13 páginas
detalla las diversas vías y trabas para tramitar la residencia
permanente en Estados Unidos, con el objetivo de desbancar los mitos
sobre la facilidad de "ponerse en la cola" para la "green card" (tarjeta
verde).
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Según el documento, en noviembre de 2012 más de 4,4 millones de extranjeros aguardaban su visa de residencia permanente, en un complejo proceso migratorio que puede tardar incluso décadas.
El 97 % de los casos pendientes de resolución final por parte del Departamento de Estado está compuesto por extranjeros solicitados por sus familiares.
Esa cifra no incluye el número de solicitudes presentadas dentro de EE.UU. ante la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), porque esa agencia federal no publica esos datos.
"Los tiempos de espera pueden variar drásticamente, en algunos casos hasta dos décadas, dependiendo de la categoría de visas y del país de procedencia. Suponiendo que se mantienen las condiciones actuales y que no hay un aumento en las visas familiares, tomaría 19 años resolver las demoras en las categorías por vínculos familiares", advirtió el informe de MPI.
Según el estudio, es "imposible" precisar el porcentaje de indocumentados que podrían calificar para un programa de legalización, porque muchos ya han iniciado sus trámites a través de empleadores o familiares.
En la actualidad, hay tres vías para ingresar legalmente a EE.UU.: vínculos familiares, patrocinio de empleadores o refugio u asilo político.
El Gobierno concede cerca de 226.000 visas de residencia permanente cada año a través de varias categorías familiares, algo que ha mantenido sin cambios desde 1965 pese a que ha aumentado la demanda.
Las autoridades no imponen límites para cónyuges o hijos menores de ciudadanos estadounidenses ni para los padres de ciudadanos mayores de 21 años.
El informe fue divulgado en unos momentos en que ambas cámaras del Congreso sopesan una reforma migratoria que permita la legalización de los once millones de indocumentados que se estima viven en el país.
El llamado "Grupo de los ocho" en el Senado que negocia un plan reformista, que propone que los indocumentados se registren con el Gobierno; paguen multas e impuestos; no tengan antecedentes penales y se pongan "al final de la cola" para obtener la residencia permanente.
En el plan del Senado, los indocumentados obtendrían un estatus legal temporal y tendrían que esperar diez años por la residencia permanente y otros tres para solicitar la ciudadanía. Los senadores no descartan eliminar algunas de las categorías familiares.
Ocho legisladores de la Cámara de Representantes también estudian su propia versión de la reforma migratoria, pero no han divulgado sus componentes.
Durante una conferencia telefónica con periodistas, Doris Meissner, analista de MPI y excomisionada del desaparecido Servicio de Inmigración y Naturalización (INS, en inglés), dijo que la reforma debe incluir un aumento en las visas familiares, tomando en cuenta que "no hay una sino varias colas" para ingresar a Estados Unidos.
La razón por la que hay varias colas, como en los aeropuertos, no es necesariamente por las demoras de USCIS sino porque existen límites anuales en cada categoría de visas y por cada país "y la demanda excede la oferta", según explicó Meissner.
"Diecinueve años es una larga espera, y para que haya una reforma significativa que produzca una vía hacia la eventual ciudadanía, se tendría que incluir un aumento en el número de visas para reducir las demoras con eficacia", afirmó Meissner.
Por su parte, la autora del informe de MPI, Claire Bergeron, dijo que doce países conformaron el 77 % del total de visas de residencia permanente en 2012, y tan solo México recibió el 30 %.
La lista de países con mayor demanda de visas permanentes la completan las Filipinas, India, Vietnam y China, según el documento.
Muzaffar Chishti, director de MPI en Nueva York, señaló que con la versión del Senado el proceso "podría tardar muchos años si no hay visas adicionales".
La batalla por la reforma migratoria es una de las principales que afronta el Legislativo este año, y tiene muchos intereses creados en ambos lados del debate, al igual que las del control de armas o las restricciones al aborto.
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Según el documento, en noviembre de 2012 más de 4,4 millones de extranjeros aguardaban su visa de residencia permanente, en un complejo proceso migratorio que puede tardar incluso décadas.
El 97 % de los casos pendientes de resolución final por parte del Departamento de Estado está compuesto por extranjeros solicitados por sus familiares.
Esa cifra no incluye el número de solicitudes presentadas dentro de EE.UU. ante la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), porque esa agencia federal no publica esos datos.
"Los tiempos de espera pueden variar drásticamente, en algunos casos hasta dos décadas, dependiendo de la categoría de visas y del país de procedencia. Suponiendo que se mantienen las condiciones actuales y que no hay un aumento en las visas familiares, tomaría 19 años resolver las demoras en las categorías por vínculos familiares", advirtió el informe de MPI.
Según el estudio, es "imposible" precisar el porcentaje de indocumentados que podrían calificar para un programa de legalización, porque muchos ya han iniciado sus trámites a través de empleadores o familiares.
En la actualidad, hay tres vías para ingresar legalmente a EE.UU.: vínculos familiares, patrocinio de empleadores o refugio u asilo político.
El Gobierno concede cerca de 226.000 visas de residencia permanente cada año a través de varias categorías familiares, algo que ha mantenido sin cambios desde 1965 pese a que ha aumentado la demanda.
Las autoridades no imponen límites para cónyuges o hijos menores de ciudadanos estadounidenses ni para los padres de ciudadanos mayores de 21 años.
El informe fue divulgado en unos momentos en que ambas cámaras del Congreso sopesan una reforma migratoria que permita la legalización de los once millones de indocumentados que se estima viven en el país.
El llamado "Grupo de los ocho" en el Senado que negocia un plan reformista, que propone que los indocumentados se registren con el Gobierno; paguen multas e impuestos; no tengan antecedentes penales y se pongan "al final de la cola" para obtener la residencia permanente.
En el plan del Senado, los indocumentados obtendrían un estatus legal temporal y tendrían que esperar diez años por la residencia permanente y otros tres para solicitar la ciudadanía. Los senadores no descartan eliminar algunas de las categorías familiares.
Ocho legisladores de la Cámara de Representantes también estudian su propia versión de la reforma migratoria, pero no han divulgado sus componentes.
Durante una conferencia telefónica con periodistas, Doris Meissner, analista de MPI y excomisionada del desaparecido Servicio de Inmigración y Naturalización (INS, en inglés), dijo que la reforma debe incluir un aumento en las visas familiares, tomando en cuenta que "no hay una sino varias colas" para ingresar a Estados Unidos.
La razón por la que hay varias colas, como en los aeropuertos, no es necesariamente por las demoras de USCIS sino porque existen límites anuales en cada categoría de visas y por cada país "y la demanda excede la oferta", según explicó Meissner.
"Diecinueve años es una larga espera, y para que haya una reforma significativa que produzca una vía hacia la eventual ciudadanía, se tendría que incluir un aumento en el número de visas para reducir las demoras con eficacia", afirmó Meissner.
Por su parte, la autora del informe de MPI, Claire Bergeron, dijo que doce países conformaron el 77 % del total de visas de residencia permanente en 2012, y tan solo México recibió el 30 %.
La lista de países con mayor demanda de visas permanentes la completan las Filipinas, India, Vietnam y China, según el documento.
Muzaffar Chishti, director de MPI en Nueva York, señaló que con la versión del Senado el proceso "podría tardar muchos años si no hay visas adicionales".
La batalla por la reforma migratoria es una de las principales que afronta el Legislativo este año, y tiene muchos intereses creados en ambos lados del debate, al igual que las del control de armas o las restricciones al aborto.
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