LA CELEBRACIÓN FUE PRESIDIDA AYER POR EL NUNCIO APOSTÓLICO JÓZEF WESOLOWSKI
Una gran multitud que sorprendió a los obispos concelebrantes, asistió a
la Basílica de Higüey para participar en la misa solemne con que la
Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) dio gracias a Dios por la
elección como Papa del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio.
La celebración fue presidida por el nuncio apostólico Józef Wesolowski, y concelabrada por varios obispos y más 150 sacerdotes, diáconos y ministros de la Iglesia Católica.
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Al iniciarse la ceremonia, el representante del Papa en el país dijo que después de 520 años de que la Iglesia Católica llegara al continente americano ha sido elegido un Papa latinoamericano y que esa era una noticia trascendental para todos los cristianos del mundo. “Es una muestra del crecimiento y el desarrollo de los pueblos de América Latina, y la noticia más trascendente en la historia del cristianismo del continente”.
El nuncio destacó las cualidades morales y formación intelectual del nuevo Papa y dijo que su elección sorprendió a todo el mundo, porque se trata de un hombre sencillo que se dedicaba a ir hasta donde vivían los pobres, y siendo cardenal y arzobispo de Buenos Aires se transportaba en guaguas públicas y él mismo cocinaba sus alimentos en su pequeño apartamento.
Señaló que todo el mundo está feliz y satisfecho con la elección que hicieron los cardenales, quienes demostraron una gran generosidad al escoger un Papa latinoamericano, lo que significa que se abre una nueva etapa para la iglesia universal y especialmente en América.
El embajador del Papa agregó que la iglesia a nivel mundial es fuerte, pese a los múltiples problemas y las dificultades que muchos critican, pero que esos inconvenientes quedan diluidos por el vigor y la fuerza de la iglesia en sentido general.
Obispo de Higüey
El obispo de la diócesis de La Altagracia, monseñor Nicanor Peña, quien pronunció la homilía y convocó la misa como vicepresidente de la CED, dijo que como la invitación para la acción de gracias se hizo de manera muy rápida pensó que acudiría menos gente, pero que quedaron sorprendidos con la gran cantidad de personas que se presentó a la Basílica desde distintos lugares del país, principalmente de la diócesis La Altagracia.
Sobre el Papa Francisco, el prelado Peña dijo que su estilo de espiritualidad al pedir la bendición del pueblo para él, antes de impartir la suya, dejó entrever que hay una continuidad con el espíritu de Benedicto XVI, quien pedía con frecuencia oraciones al pueblo.
Recordó que el Papa es la máxima autoridad de la iglesia como Vicario de Cristo, y que tiene esta potestad por ser el sucesor de San Pedro, a quien Jesucristo confió la supremacía entre los apóstoles.
“El Papa tiene una verdadera potestad, no una simple autoridad moral. El romano pontífice posee como supremo pastor y doctor de la iglesia la potestad de jurisdicción suprema, plena y universal, ordinaria e inmediata sobre todos y cada uno de los pastores y fieles”, dijo.
Peña agregó que la suprema autoridad del Papa es propia, pues no deriva de ninguna otra fuera de la de Cristo y no es delegación de nadie.
(+)
DIFERENTE A LOS GOBIERNOS
El poder del Papa no es equiparable a la de ningún líder civil, porque el primado difiere en su esencia y en su ejercicio de los oficios de gobiernos vigentes en las sociedades humanas. No es un oficio de coordinación o de presidencia, ni se reduce a un primado de honor, ni puede concebirse como una monarquía de tipo político.
La eucaristía se inició a las 6:00 de la tarde y terminó a las 7:30 de la noche y fue transmitida por una cadena de más de 40 estaciones de radio y televisión para el país, Estados Unidos y América Latina.
Entre los obispos concelebrantes, además del nuncio Wesolowski y monseñor Nicanor Peña, participaron los obispos de San Pedro de Macorís, Francisco Ozoria Acosta; de Mao, Valverde, monseñor Diómedes Espinal León, y el arzobispo metropolitano de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, así como autoridades civiles y militares, y representantes de diversos sectores de la provincia La Altagracia.
La celebración fue presidida por el nuncio apostólico Józef Wesolowski, y concelabrada por varios obispos y más 150 sacerdotes, diáconos y ministros de la Iglesia Católica.
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Al iniciarse la ceremonia, el representante del Papa en el país dijo que después de 520 años de que la Iglesia Católica llegara al continente americano ha sido elegido un Papa latinoamericano y que esa era una noticia trascendental para todos los cristianos del mundo. “Es una muestra del crecimiento y el desarrollo de los pueblos de América Latina, y la noticia más trascendente en la historia del cristianismo del continente”.
El nuncio destacó las cualidades morales y formación intelectual del nuevo Papa y dijo que su elección sorprendió a todo el mundo, porque se trata de un hombre sencillo que se dedicaba a ir hasta donde vivían los pobres, y siendo cardenal y arzobispo de Buenos Aires se transportaba en guaguas públicas y él mismo cocinaba sus alimentos en su pequeño apartamento.
Señaló que todo el mundo está feliz y satisfecho con la elección que hicieron los cardenales, quienes demostraron una gran generosidad al escoger un Papa latinoamericano, lo que significa que se abre una nueva etapa para la iglesia universal y especialmente en América.
El embajador del Papa agregó que la iglesia a nivel mundial es fuerte, pese a los múltiples problemas y las dificultades que muchos critican, pero que esos inconvenientes quedan diluidos por el vigor y la fuerza de la iglesia en sentido general.
Obispo de Higüey
El obispo de la diócesis de La Altagracia, monseñor Nicanor Peña, quien pronunció la homilía y convocó la misa como vicepresidente de la CED, dijo que como la invitación para la acción de gracias se hizo de manera muy rápida pensó que acudiría menos gente, pero que quedaron sorprendidos con la gran cantidad de personas que se presentó a la Basílica desde distintos lugares del país, principalmente de la diócesis La Altagracia.
Sobre el Papa Francisco, el prelado Peña dijo que su estilo de espiritualidad al pedir la bendición del pueblo para él, antes de impartir la suya, dejó entrever que hay una continuidad con el espíritu de Benedicto XVI, quien pedía con frecuencia oraciones al pueblo.
Recordó que el Papa es la máxima autoridad de la iglesia como Vicario de Cristo, y que tiene esta potestad por ser el sucesor de San Pedro, a quien Jesucristo confió la supremacía entre los apóstoles.
“El Papa tiene una verdadera potestad, no una simple autoridad moral. El romano pontífice posee como supremo pastor y doctor de la iglesia la potestad de jurisdicción suprema, plena y universal, ordinaria e inmediata sobre todos y cada uno de los pastores y fieles”, dijo.
Peña agregó que la suprema autoridad del Papa es propia, pues no deriva de ninguna otra fuera de la de Cristo y no es delegación de nadie.
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DIFERENTE A LOS GOBIERNOS
El poder del Papa no es equiparable a la de ningún líder civil, porque el primado difiere en su esencia y en su ejercicio de los oficios de gobiernos vigentes en las sociedades humanas. No es un oficio de coordinación o de presidencia, ni se reduce a un primado de honor, ni puede concebirse como una monarquía de tipo político.
La eucaristía se inició a las 6:00 de la tarde y terminó a las 7:30 de la noche y fue transmitida por una cadena de más de 40 estaciones de radio y televisión para el país, Estados Unidos y América Latina.
Entre los obispos concelebrantes, además del nuncio Wesolowski y monseñor Nicanor Peña, participaron los obispos de San Pedro de Macorís, Francisco Ozoria Acosta; de Mao, Valverde, monseñor Diómedes Espinal León, y el arzobispo metropolitano de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, así como autoridades civiles y militares, y representantes de diversos sectores de la provincia La Altagracia.
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