La mayoría de los neoyorquinos actúan con indiferencia cuando son testigos de un asalto en el subway.
"Nadie nos ayudó. Fue una situación muy pavorosa para nosotros", dijo Ureña Morel a los medios a raíz del hecho. Ureña Morel fue atendido por heridas en la cara en el hospital St. Luke.
NUEVA YORK — Si antes la soledad en
el subway de Nueva York era la mejor amiga de los asaltantes, ahora
parece que también lo es la indiferencia de los usuarios de este sistema
de transporte, delante de los cuales se han registrado últimamente
hechos en donde los criminales golpean salvajemente a sus víctimas sin
que nadie interceda por ellas.
Como
el caso de Frankelly Ureña Morel, de 23 años, y su pareja gay, quienes
viajaban en dirección sur en el tren 2 el pasado 28 de febrero, y al
preguntarle a una mujer por qué los fotografiaba, ésta los cubrió de
insultos antigays y entre ella, tres mujeres y un hombre los golpearon
salvajemente en un vagón atestado de viajeros, sin que nadie
intercediera por ellos.
"Nadie nos ayudó. Fue una situación muy pavorosa para nosotros", dijo Ureña Morel a los medios a raíz del hecho. Ureña Morel fue atendido por heridas en la cara en el hospital St. Luke.
El 25 de marzo, en
la estación de la calle 42 de Times Square, cerca de las 2 a.m., un
hombre hispano, de 35 años, recibió un tremendo puñetazo que lo derribó
al piso, de un hombre afroamericano, de unos 30 años, quien le robó el
celular y se dio a la fuga.
Un video de
vigilancia dado a conocer por la policía muestra que, en el momento del
asalto y el robo, los usuarios del tren siguieron entrando al subway
como si al lado de ellos no estuviera ocurriendo nada, sin prestarle
ayuda a la víctima.
Pero muchas personas, ante estos asaltos, vuelven la cara con indiferencia y ni siquiera se preocupan por llamar al 911.
La
usuaria del subway, Evelyn Sánchez, aseguró que en caso de presenciar
un asalto, "me alejaría de allí para no meterme en problemas y no
llamaría a 911".
"Yo no sé si la persona está armada y puede hacerme daño", dijo Sánchez.
Milton Segarra, de 49 años, dijo que debido a una mala experiencia, "jamás me metería a defender a nadie".
"Una
vez vi a un tipo golpeando a una señora mayor, intercedí por ella y el
asaltante y un amigo de éste me dieron una tremenda golpiza y aprendí la
lección", dijo Segarra. "Yo prefiero no involucrarme directamente y no
sé si saldría del subway a llamar al 911, porque a veces esto trae
problemas", señaló.
En 1996, Angel Rivera, 53
años, estaba en la estación 25, en Brooklyn, y vio a un individuo
afroamericano que estaba tratando de abusar sexualmente de una joven
italiana, de 20 años.
"Yo me metí, agarré al
tipo y lo llevé adonde un agente. Luego me llamaron a testificar en el
juicio, y al tipo le echaron 15 años de cárcel", dijo Rivera. "Yo, si
veo un abuso, me meto", aseguró.
Rivera practicaba boxeo y se sentía con capacidad para intervenir en una pelea.
También
Amado Hernández, de 63 años, dijo que tiene entrenamiento para
interceder a favor de una víctima de asalto, porque fue militar en su
natal Cuba.
"Yo sé defensa personal e
intervendría según se presente la situación, porque si veo a alguien con
una pistola, no me haría el mártir", dijo Hernández.
El
doctor Fernando Taveras, psiquiatra del Centro Médico Dominicano, dijo
que la razón que lleva a muchas personas a mostrarse indiferentes ante
asaltos u otros crímenes que se producen delante de ellas, se debe
mayormente a un trauma de tipo social.
"Si la
persona ha experimentado algún tipo de trauma en algún momento de su
vida, tiene más tendencia a evitar ese tipo de situación, porque no se
siente con capacidad de manejarla", explicó Taveras.
El sociólogo Segundo Pantoja, profesor de estudios étnicos del Borough of Manhattan Community College,
dijo que esta indiferencia se debe a un fenómeno sociológico,
demostrado en muchos estudios, que revelan que "a mayor población, mayor
la distancia entre los individuos".
"En un
pueblo pequeño, las gentes se conocen, tienen más familiaridad y se
protegen entre ellas. Pero en Nueva York, donde la gente muchas veces no
conoce a su vecino de al lado, los individuos tienden a distanciarse
socialmente", dijo Pantoja.
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