SE TRATA DEL ESCÁNDALO MÁS RECIENTE QUE INVOLUCRA A LA SANTA SEDE
Un clérigo del Vaticano y otras dos personas
fueron arrestados ayer por la policía italiana por presuntamente
intentar introducir al país 20 millones de euros (26 millones de
dólares) en efectivo en un jet privado proveniente de Suiza.
Se
trata del escándalo más reciente que involucra a la Santa Sede, y amplía
una investigación italiana sobre su sigiloso banco.
Monseñor
Nunzio Scarano, que ya estaba bajo investigación por un presunto ardid
para lavar dinero que involucra al banco del Vaticano, está acusado de
corrupción y calumnias, y se encuentra detenido en una cárcel de Roma,
dijo a la prensa el fiscal Nello Rossi.
El arresto de
Scarano se produjo dos días después de que el papa Francisco creó una
comisión de investigación del banco del Vaticano para llegar al fondo de
los problemas que lo han afectado durante décadas, y contribuyó a la
impresión de que es un paraíso fiscal no regulado.
El fiscal
Rossi dijo que la operación suiza involucró a tres personas, que fueron
arrestadas el viernes: Scarano, un contador recientemente suspendido de
la principal oficina financiera del Vaticano, el financiero italiano
Giovanni Carenzio y Giovanni Zito, quien en el momento de la trama era
miembro de la agencia de seguridad e información de la policía militar.
Rossi detalló un impresionante ardid —descubierto mediante
escuchas telefónicas— en el que las tres personas involucradas
presuntamente planeaban introducir a Italia unos 20 millones de euros en
efectivo que el financista Carenzio tenía a su nombre en una cuenta
bancaria en Suiza sin pagar derechos de aduana en el aeropuerto, como
sería necesario.
El abogado de Scarano, Silverio Sica, dijo
que su cliente fue una especie de intermediario: Los 20 millones de
euros pertenecían a amigos que dieron el dinero a Carenzio para que lo
invirtiera, pero lo querían de vuelta. El ardid presuntamente les habría
permitido evadir el pago de impuestos aduanales o tener un rastro en
papel de la entrada de esa cantidad de dinero a Italia.
Rossi
identificó a los amigos como miembros de la familia naviera italiana
d'Amico y sugirió que el dinero se encontraba en Suiza para evitar el
pago de impuestos en Italia. Un mensaje por correo electrónico en busca
de comentarios enviado a la compañía de la familia en Roma, d'Amico
Societa di Navigazione SpA, no ha sido respondido.
Scarano y
las otras dos personas están acusados ééde corrupción. De confirmarse
las acusaciones y ser condenados, podrían enfrentar hasta cinco o seis
años en prisión, dijeron los fiscales. Sica, el abogado, dijo que
Scarano se negó a hacer comentarios sobre los cargos.
El
banco del Vaticano, conocido como el Instituto para las Obras de
Religión (IOR), está cooperando con las autoridades italianas y su junta
laica ha puesto en marcha una investigación interna, dijo el portavoz
Max Hohenberg.
El equipo de Rossi también está trabajando
con los fiscales en Salerno en otra investigación de lavado de dinero
que involucra a Scarano y su cuenta del IOR.
Según Sica, el
abogado, en 2009 Scarano retiró 560.000 euros (729.000 dólares) en
efectivo de su cuenta bancaria en el IOR y sacó ese dinero del Vaticano
para llevarlo a Italia y pagar la hipoteca de su casa de Salerno.
El
dinero en la cuenta de Scarano en el IOR provino de donantes que
pensaban que financiaban un hogar para enfermos terminales en Salerno,
dijo Sica.
Para depositar el dinero en una cuenta bancaria
italiana y evitar que los miembros de la familia se enteraran de que
tenía tanto dinero en efectivo, pidió a 56 amigos cercanos aceptar
10.000 euros cada uno en efectivo a cambio de un cheque o una
transferencia de dinero por la misma cantidad. Fue así como Scarano pudo
depositar los fondos en su cuenta italiana.
El abogado dijo
que Scarano dio los nombres de los donantes a los fiscales e insistió
en que el origen del dinero era limpio, que las transacciones no
constituían lavado de dinero y que sólo tomó el dinero "temporalmente"
para su uso personal. El hogar para enfermos terminales nunca se
construyó, a pesar de que la propiedad ha sido identificada, dijo Sica.
El portavoz del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi,
dijo que Scarano fue suspendido el mes pasado y que el Vaticano estaba
tomando las medidas apropiadas para ocuparse de su caso.
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Scarano fue contador en jefe del banco del Vaticano.
Lo llamaban "Monseñor 500" -según el diario italiano La Repubblica- porque supuestamente poseía una enorme cantidad de billetes de 500 euros.
Y el prelado presuntamente les pedía a sus
amigos empresarios que le cambiaran bloques de 10 y 20 billetes de 500
euros por cheques de 5.000 y 10.000 euros, y ellos se encargaban de
circular el dinero.
Pero este viernes el monseñor nuncio
Scarano, que trabajaba como contador en el Vaticano, fue arrestado en
Roma y acusado de lavado de dinero y malversación de fondos.
Junto con él fueron detenidos un agente del
servicio secreto italiano y un corredor de bolsa, Giovanni Carenzio, en
relación con el mismo caso.
Según
La Repubblica el monseñor
intentaba supuestamente introducir desde Suiza a Italia 20 millones de
euros (más de US$26 millones) en efectivo en un avión privado.
Otro golpe
El arresto de Scarano es un golpe más para el
atribulado banco del Vaticano, el llamado oficialmente Instituto para
las Obras de Religión (IOR).
Hace sólo dos días, el papa Francisco anuncio la creación de una comisión para analizar las actividades del organismo.
"Tradicionalmente
el banco del Vaticano se ha rehusado a cooperar con las autoridades
italianas que investigan delitos financieros usando como argumento la
independencia soberana del Estado de la ciudad del Vaticano"
David Willey, corresponsal de la BBC en Roma
El director del banco fue reemplazado por el
anterior Papa, Benedicto XVI, sólo un día antes de que éste renunciara
al pontificado.
Ahora, con las nuevas acusaciones sobre lavado
de dinero y malversación por uno de sus empleados, el pontífice sin duda
estará más dispuesto a investigar al hermético banco, que tiene 114
trabajadores y activos valorados en US$7.000 millones.
Tal como informa el corresponsal de la BBC en
Roma, David Willey, Scarano estaba en la mira de la policía italiana en
relación con la investigación que le valió el nombre de "Monseñor 500".
Supuestamente había tomado US$700.000 en
billetes de 500 euros de una cuenta del banco del Vaticano y había
entregado fajos de 10.000 euros a sus amigos para que estos le cambiaran
el efectivo por cheques, que eran descritos como "donaciones para la
iglesia".
Scarano fue acusado de lavado de dinero y malversación.
El monseñor nuncio Scarano, de 61 años, había
sido el contador en jefe de la Administración del Patrimonio de la Sede
Apostólica (APSA) y en las últimas dos semanas estaba siendo investigado
también por el fiscal de Salerno.
"Como ya se ha sabido en los días pasados,
monseñor nuncio Scarano fue suspendido de sus deberes en APSA hace más
de un mes, tan pronto como sus superiores fueron informados de que
estaba siendo investigado", afirma la Radio Vaticana en una declaración.
"Esto es de acuerdo con las Regulaciones de la
Curia Romana, que requiere la suspensión precautoria de personas contra
las cuales han comenzado procesos criminales".
Cooperación
La pregunta que muchos se plantean ahora es si el Vaticano estará dispuesto a cooperar en la investigación.
Tal como afirma el corresponsal de la BBC David
Willey, "tradicionalmente el banco del Vaticano se ha rehusado a
cooperar con las autoridades italianas que investigan delitos
financieros usando como argumento la independencia soberana del Estado
de la ciudad del Vaticano".
El papa Francisco ordenó la creación de una comisión para investigar las actividades del banco del Vaticano.
"Pero el papa Francisco ha mostrado ahora que
está determinado a llegar al fondo de las acusaciones de larga data
sobre corrupción y lavado de dinero en el banco del Vaticano", agrega el
periodista.
Esta es el última de una serie de escándalos que han perseguido históricamente al Instituto para las Obras de la Religión.
Este organismo fue uno de los principales
accionistas del Banco Ambrosiano, una enorme entidad italiana que quebró
en 1982 y dejó pérdidas de más de US$3.000 millones.
Su presidente, Roberto Calvi, fue encontrado
colgado del puente de Blackfriars en Londres, en lo que se sospecha que
fue un asesinato disfrazado de suicidio.
Según la investigación, Calvi era un asociado cercano del Vaticano.
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