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Los 10 millonarios que se convirtieron en asesinos


Harold Landry

Este millonario estadounidense fue condenado por matar a su pareja británica. Esta vez, sin embargo, no escondió el cuerpo ni negó lo ocurrido ya que sostuvo que no era culpable de asesinato, sino de homicidio por provocación después de descubrir una infidelidad de su mujer. 
Sin que el jurado lo supiera, Landry tenía antecedentes sobre mal manejo de relaciones románticas. En 1994, disparó y casi mata al marido de una de sus amantes. El hombre, Chris Price, decidió enfrentarlo por el honor y Landry sacó una pistola de su automóvil y le disparó en el cuello, cortandole las arterias principales. Price sobrevivió porque afortunadamente halló un hospital cercano. Landry fue declarado culpable de agresión agravada y se le dio una sentencia suspendida.
Pero cuando la traición le tocó a él, su esposa no tuvo tanta suerte como Price. El jurado condenó a Landry por asesinato en segundo grado y sentenció cadena perpetua.

Haissam Safetli
En septiembre de 2009, el empresario Michael McGurk fue asesinado a tiros frente a su casa en Sydney, ante la mirada de su hijo de nueve años. Acusaron a un adolescente, Chistopher Estefan, y a un hombre de 43 años de edad llamado Hassaim Safetli, un sujeto que había comenzado a enriquecerse desde joven y a los 30 años ya tenía más de 50 millones de dólares.
El tribunal alegó que ambos actuaron por encargo del empresario inmobiliario Ron Medich, quien está siendo juzgado por la muerte de McGurk, según un artículo de Listverse. Descubrieron también que Safetli estaba en bancarrota cuando recibió 300.000 dólares para el golpe y fue declarado culpable sin importar si disparó o no. Recibió una sentencia reducida a cambio de cooperar con las autoridades para encerrar a Medich y fue condenado a 6 años de prisión. Quedará libre en 2017.

John Dupont
Heredó la fortuna de DuPont, compañía inventora del nylon. En 1996, disparó y mató al luchador y medallista olímpico David Schultz porque creía que era parte de una enorme conspiración internacional para asesinarlo.
DuPont decía ser un agente de la CIA y patrocinaba al equipo Foxcatcher, un escuadrón de élite de lucha libre del que Schultz era miembro. Un jurado lo declaró culpable y enfermo mental. Fue condenado a 30 años de prisión en 1997 y murió entre rejas en 2010.

John Brooks
En 2003, un camión de mudanza del millonario John Brooks desapareció en New Hampshire. Brooks estaba convencido que uno de los choferes, Jack Reid, era responsable y, en vez de ir a la policía, le pagó a su propio hijo y otros hombres para que lo llevaran a un granero y lo asesinaran a golpes con una maza.
Dos de los hombres involucrados declararon contra Brooks, afirmando que les había pagado 10.000 dólares por el trabajo y denunciaron que Brooks también golpeó a Reid varias veces con el martillo. Todos los involucrados fueron condenados a penas de prisión de diferentes plazos. Brooks recibió dos cadenas perpetuas consecutivas.

Bob Ward
Este desarrollador de bienes raíces de Florida tenía varios problemas cuando le disparó a su esposa Diane en 2009. Estaba siendo demandado por su compañía de seguros por malversación de más de 20 millones de dólares para compras personales, incluyendo una mansión de 750.000 y un auto de 140.000.
Ward explicó que el estrés había generado pensamientos suicidas en Diane y que él le había disparado accidentalmente al intentar impedir que se quite la vida. Sin embargo, la versión no encaja con su llamada al 911 inmediatamente después del tiroteo: "Acabo de dispararle a mi mujer. Está muerta. Lo siento". Fue condenado a 30 años a finales de 2011, pese a las peticiones de clemencia de sus dos hijas adultas.

Freddie Young
Otro conflicto inmobiliario ubica a Greg McNichol en el lugar de la víctima. Este hombre se había trasladado a los Estados Unidos en 1998 e hizo millones comprando propiedades en zonas pobres como Detroit, donde vivía cuando fue asesinado. Su verdugo fue Freddie Young, el padre de uno de sus inquilinas.
Young era una de las 13 personas que habían sacado un billete ganador de $ 46 millones en la lotería en 2011. Durante una discusión sobre la renta, el empresario le habría faltado el respeto a la hija de Young y ella le contó por teléfono lo mal que la había hecho sentir. Furioso, el nuevo rico fue a buscar a McNichol y le disparó con un calibre 44. Lo dejó morir desangrado mientras hablaba con el 911. Fue condenado a 25 a 30 años por asesinato en segundo grado y su cuota de 1.500.000 dólares de la lotería fue congelada por el juez.

John Gordon Abbott
Aún se desconocen muchos datos sobre los detalles del crimen que cometió en 1980 y el misterio se mantiene bajo la teoría de que Abbott, junto con los otros dos hombres que participaron en el asesinato de Valerie McDonald, supuestamente trabajaban para la CIA.
Las investigaciones señalan que Valerie estuvo secuestrada durante al menos 10 días, encadenada a una cama y bajo constante efecto de narcóticos. Su cuerpo no fue encontrado hasta 1990 y por eso los expertos no fueron capaces de llevar a un cargo de homicidio contra cualquiera de los acusados.
Abbott huyó a Canadá después del crimen pero cayó cuando le disparó a un policía que se le acercó. Tras ser encarcelado durante siete años por el intento de asesinato de un oficial, Abbott fue puesto en libertad y las autoridades le perdieron el rastro. Nadie está seguro de dónde había surgido el dinero de Abott, pero afirman que tenía una fortuna. Presuntamente en la década de 1990, gastó millones de dólares en Nueva Zelanda con propiedades que pagó en efectivo. Calculan que ahora vive en Japón.

Allen Blackthorne
En 1997, Sheila Bellush fue baleada y brutalmente apuñalada en su cocina mientras sus cuatrillizos jugaban cerca. Su cuerpo fue descubierto por la hija de 13 años de edad que había tenido con Allen Blackthorne, un millonario desarrollador de suministros médicos y el hombre que había organizado su asesinato.
El divorcio con Blackthorne había durado cinco años y en medio Sheila conoció a Jamie Bellush, hombre con quien luego se casaría. Cuando la nueva pareja ​​se trasladó a Florida desde San Antonio, se llevaron a los niños. Eso no le gustó a Blackthorne y contrató un detective privado para localizar a su ex esposa y pagó 54.000 dólares a varios hombres para matarla, con una bonificación extra si recuperaban a sus hijos. Uno de estos hombres, José Luis Del Toro Jr, confesó ser el asesino de la señora y testificó para enviar a Blackthorne a prisión por el resto de su vida.

Calvin Harris
Calvin Harris era de una familia acomodada de Nueva York. Su padre, Dwight, era dueño de una cadena de concesionarias de automóviles de lujo. Él y su esposa Michele vivían en una finca de 250 hectáreas con un lago privado, llevaban 10 años de matrimonio y tuvieron seis hijos. Sin embargo, el divorcio era inminente cuando Michele de pronto desapareció. El dato curioso del caso es que la fecha de su desaparición fue el 11 de septiembre de 2001.
Investigadores sostienen que Harris mató a su esposa para evitar la división de bienes y se basaron en seis gotas de sangre encontradas en su casa para lograr una condena. Luego, un testigo se presentó afirmando haber visto a Michele discutir con otro hombre en la noche de su desaparición y Harris fue condenado a 25 años a cadena perpetua.

Adrian Prout
Este inglés decidió que había tenido suficiente de su esposa cuando ella comenzó a hacer a pedirle 800.000 libras para el divorcio. En 2007, Prout dijo que su esposa se ​​había alejado de él para seguirle creando problemas. Pero, en verdad, su cuerpo estaba sepultado en alguna parte de su complejo de 276 acres de Gloucestershire donde dirigió la instalación de tuberías y comercial de las empresas de caza de faisán que le había hecho rico. 
A pesar de la ausencia del cuerpo, Adrian fue juzgado y condenado a cadena perpetua por asesinato. Él siguió negando todo hasta que su nueva novia creyó en su inocencia y preparó todo para que Prout pase por un detector de mentiras con el fin de limpiar su nombre: Prout desaprobó el examen y lo llevó a confesarse y finalmente llevar a la policía al lugar donde había enterrado los restos de su esposa cuatro años antes. Los restos fueron identificados positivamente en noviembre de 2011.

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