Surgió en la sangre de monos mangabeyes y hace estragos en la
región de África occidental. Expertos advierten que poco a poco va
cruzando fronteras y aún no hay fármacos para su tratamiento
Un día alrededor de 1940, en los bosques de la actual
Guinea-Bissau, que entonces era una colonia portuguesa, un cazador enfrentó
a una manada de monos mangabeyes grises para llevarse algunos cadáveres y comer su carne.
Sin embargo, al descuartizarlos, la sangre de los monos se
convirtió en una bomba biológica para la especie humana. Al entrar en contacto
con la sangre del hombre, el virus de la inmunodeficiencia simia que infectaba
a aquellos animales cambió de especie y nació el VIH-2, un causante del sida que
aún en la actualidad casi nadie conoce, según un artículo del portal español Materia.
Más de 70 años después de aquel episodio, más de un millón
de personas están infectadas por el VIH-2, la mayor parte de ellas en África
occidental, en países como Senegal, Nigeria y Sierra Leona. El virus, mucho más
difícil de contagiar que su hermano el VIH-1 (culpable de la pandemia
mundial), se quedó donde nació, pero poco a poco escapa de sus fronteras.
Este virus es menos agresivo que el VIH-1 pero también puede
provocar sida. El VIH-1 surgió al menos una década antes que el VIH-2, a
partir del contacto humano con chimpancés en África central. Desde entonces, el VIH1 ha
matado a unos 35 millones de personas, según las cifras de la Organización
Mundial de la Salud, y combatirlo es una prioridad mundial.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con el VIH-2. "Es el virus
olvidado. En todo el mundo no se ha hecho ningún ensayo clínico para evaluar
qué tratamiento es el mejor para el VIH-2", lamenta la bióloga Ana Treviño, que
acaba de publicar los últimos datos del virus en España.
El VIH-2 es menos agresivo y más difícil de contagiar,
porque hay pocos virus libres en sangre. El problema es que la mayor parte de los fármacos aprobados para combatir el
VIH-1 no funcionan contra el VIH-2. "Como el VIH-2 está confinado a países
pobres de África occidental, se le ha hecho muy poco caso. Todos los
tratamientos están diseñados para el VIH-1", explicó Treviño, del Hospital
Carlos III de Madrid.
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