En
2025, todos los coches tendrán su propia conexión móvil independiente
de nuestro teléfono. Lo dice GSMA, que es la asociación que agrupa a
todos los fabricantes de telefonía. La conexión no va a ser la única
tecnología que cambie la manera en la que conducimos y los coches que
usamos. Estas son las 10 tecnologías que es muy posible que veamos en
nuestro vehículo en pocos años.
Cargadores solares
¿Por qué no
aprovechar la misma energía que nos asa vivos cuando entramos en el
coche después de un rato al sol? Algunos modelos y fabricantes ya
valoran los paneles solares en el techo como opción.
El
abaratamiento y mejora de las células solares podrían ser el empujoncito
que les falta para hacerse generales. Un techo con estos paneles podría
alimentar equipos eléctricos auxiliares de forma muy efectiva.
Pantallas en el parabrisas
Los
displays LED proyectados en el parabrisas son una bienvenida
característica heredada de los aviones. Aunque cuesta acostumbrarse al
principio, la información frente a nuestros ojos mejora mucho la
seguridad y precisión en la conducción.
Manuales a la altura
Nadie lee los manuales,
y la industria de la automoción dice que están obsoletos. Sea lo
primero la causa de lo segundo o al revés, los manuales son muy útiles, y
revelan datos que pueden mejorar mucho la conducción o el
mantenimiento. Tan sólo necesitan un formato a la altura. Las
aplicaciones móviles pueden ser el aire fresco que le falta al viejo
tocho de papel en la guantera.
Aprovechar el calor
Un motor de
explosión genera muchísimo calor. Dotar el vehículo de sistemas que
permitan transformar ese calor en energía aprovechable puede redundar en
muchas mejoras en el consumo.
KERS
Si funciona
en la Fórmula 1 y en algunos coches deportivos de lujo ¿Por qué no
instalarlo en todos? En los vehículos de gama alta puede suponer un
interesante subidón en la conducción deportiva. En los vehículos de
calle, supondría grandes ahorros de combustible.
Suspensión predictiva
El uso de imanes de alta potencia en los amortiguadores
está empezando a despuntar como una manera de que la suspensión sea
capaz de detectar las irregularidades de la vía y adaptarse a ellas. El
sistema ya existe en algunos coches y en bicicletas. Es una cuestión de
tiempo que se generalice.
Fibra de carbono
Una manera
de mejorar el consumo de carburante es aligerar el peso del vehículo
(Hasta cierto punto, no queremos volar en las curvas). Una manera de
hacerlo es reemplazar partes metálicas por fibra de carbono. Lamborghini ya lo hace, pero aún hay que conseguir abaratar este material.
Motores directos
Muchos
fabricantes sueñan con poder hacer motores en los que se elimine el
árbol de levas para que la potencia de los cilindros pueda ser dirigida
con más eficiencia y potencia.
Coches autónomos
Ya tenemos
asistentes al aparcamiento y coches que hacen esta maniobra
prácticamente solos. Iniciativas como la de Google son el preludio a un
futuro de coches conectados. Dudamos mucho que aquellos a los que les
gusta conducir renuncien a ello, pero un coche que conduzca por nosotros
cuando no nos apetece o no podemos es una magnífica idea.
Combustbles alternativos
Pese a todo lo anterior, seguimos sumidos en la dictadura del petróleo. Las baterías
llevan años prometiendo milagros, pero no consiguen dar una autonomía
apropiada. El hidrógeno aún está muy verde y no ha llegado la tecnología
definitiva que sustituya al petróleo de una manera limpia y potente. Es
la máxima revolución aún por llegar.
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